VILLAGRÁN.- En Santa Rosa de Lima se siente tensa calma a casi dos semanas de la intervención de la Marina y la Policía Federal; cada vez es menor el número de uniformados que patrullan las calles, y los habitantes del poblado aseguran que marinos han ocupado la presunta casa de José Antonio Yépez El Marro como campamento.
Por otro lado, la intensa movilización registrada el pasado 4 de marzo dejó atemorizada a la población, que prefiere no salir de casa salvo en caso necesario. Las escuelas han reanudado sus clases, pero niños y madres sólo se ven a la hora de la entrada y salida; mientras que algunos hombres, que se desempeñaban como albañiles, perdieron su trabajo por inasistencia durante los bloqueos.
A la entrada de la comunidad permanece apostada una patrulla de las Fuerzas de Seguridad Pública con unos diez elementos, pero ya no hay revisión exhaustiva a quienes entran y salen. En tanto que en el centro del poblado, los elementos de la Fuerzas de Seguridad Pública del Estado instalaron su campamento, en el que permanecen alrededor de 40 elementos.
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Ayer, cerca del mediodía, unos 30 elementos de las Fuerzas de Seguridad abandonaron Santa Rosa, se desconoce si llegarían reemplazos o es un número de elementos que se reducirá en la vigilancia.
Habitantes de la comunidad viven con miedo. Una mujer, encargada de una tienda de abarrotes, cerró de inmediato el negocio en cuanto vio que los uniformados del estado iniciaban con la formación. Las calles lucen solitarias y la gente sólo sigue su rutina de ir a trabajar, a la escuela, al mandado y a la casa.
Isidoro, uno de los pobladores, comentó que él perdió su trabajo como ayudante de albañil en el fraccionamiento el Álamo, al faltar a laborar por los bloqueos en carreteras y el impedimento de salir de la comunidad. Refiere que la gente que se quedó es trabajadora del campo, hace aseos en casas o trabaja las fábricas y empresas aledañas.
Otro de los pobladores, quien prefirió el anonimato y que tiene poco de haber llegado de Estado Unidos, comentó que elementos de la Marina estaban ocupando la casa que presuntamente es de José Antonio Yépez, sin embargo eso no fue comprobado ya que la zona se apreciaba tranquila y sin movimiento.