Hermosillo, Sonora.- Secuelas físicas, problemas de salud, emocionales, baja autoestima, problemas de control de impulsos y lo más grave, la pérdida de la vida, son algunas de las consecuencias que pueden sufrir niñas y niños ante los retos virales en internet.
Lo anterior lo detalló la Psicóloga de la clínica del Isssteson, en la capital del Estado, Elizabeth Navarro Castro, quien consideró importante que los papás supervisen continuamente lo que sus hijos ven en redes sociales.
"Tenemos una necesidad y esa necesidad es emocional, en los retos se da la aceptación de los demás a través de esta práctica", dijo la especialista del Instituto.
Dio a conocer que el reto de la hoja tamaño carta, donde niñas se miden la cintura con una hoja de 30 centímetros y en base a ello determinan que si son obesas, o bien el llamado "abecedario del diablo" donde un niño tiene que decir cada una de las letras del abecedario acompañada de una palabra, mientras con un lápiz u otro objeto friccionan su piel hasta dañarlo, son algunos de los retos virales que se presentan entre menores.
Explicó que para un niño, las redes sociales significan una segunda familia en la cuales ellos se sienten atrapados, ya en ellas existe el reconocimiento, las demostraciones de afecto, los "like" y es un lugar donde no hay sanciones por parte de quienes están allí.
La especialista del Centro Integral de Atención a la Salud, Unidad Sur, recomendó a los padres de familia considerar la edad prudente para que un niño esté inmerso en las redes.
"Antes de los 15 años un niño no debe tener un celular o una cuenta de redes sociales", señaló Navarro Castro, al explicar que antes de esa edad hay muchas cosas que un menor puede no comprender.
Dijo que los padres deben estar conscientes las 24 horas de qué está haciendo su hijo, cómo es su forma de sentir y expresarse.
"Si nosotros como papás no aprendemos a comunicarnos con nuestros hijos, habrá aparatos o personas que aprendan a comunicarse con ellos y básicamente nos los roben", comentó la sicóloga clínica.
Recomendó integrarlos a una actividad familiar al menos una vez a la semana y ofrecerles una actividad física tres veces por semana como mínimo, para que aprender a interactuar, expresarse, socializar y adquieran otras herramientas en un ambiente alejados de internet.
