/ miércoles 30 de agosto de 2017

Rumbo al V informe de gobierno...seguridad nacional, un pendiente

Delitos del fuero común y el combate al crimen organizado se han agudizado en los últimos meses

En el último año, los delitos de alto impacto en nuestro país han aumentado de manera notable, pese a los esfuerzos del gobierno por frenar las actividades de la delincuencia organizada y común. En estados como Veracruz, Baja California, Baja California Sur, Colima, Tabasco y Tamaulipas las extorsiones, secuestros, homicidios dolosos y robo están a la orden del día.

Datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) señalan que el año pasado hubo un repunte en el número de homicidios dolosos en 23 de los 32 estados con respecto del 2015, por lo que 2016 se coloca como el segundo año con el mayor número de víctimas desde que inició el registro, solamente por debajo del 2014.

Las cifras revelan que en 2016 los asesinatos aumentaron 20.78%; mientras que el secuestro se incrementó 4.62%, la extorsión 1.14 %; el robo con violencia 2.53 % y 1.27 % el robo de vehículo.

Si se compara el primer semestre de 2017 contra el mismo periodo de 2016, encontramos un incremento de 40.06% en robo a negocio; 32.4% en robo con violencia; 30.54% en robo a transeúnte; 25.16% en extorsión; 15% en robo de vehículo; 6.21% en secuestro común y federal; 2.95% en robo a casa habitación; y 1.18% en violaciones.

Desde principios de año y hasta el pasado mes de julio, el gobierno federal reporta un millón 40 mil 783 delitos en todo el país.

En contraparte, el gobierno federal reporta aumento en decomisos de droga, detención de personas y armas. En el periodo de septiembre de 2016 hasta agosto pasado, la Marina, decomiso más de 64 toneladas de cocaína y sustancias químicas para la elaboración de drogas sintéticas, provenientes de centroamrica y Asia, que iban a entrar a nuestro país, por los puertos de Manzanillo, Colima, Puerto Chiapas, Chiapas, Acapulco, Guerrero, Lázaro Cárdenas, Michoacán y La Paz, Baja California.

Del 2012 y hasta agosto pasado, la PGR ha capturado y abatido 106 de los 122 narcotraficantes más buscados, siendo Dámaso López  el Licenciado líder del cartel de Sinaloa el último en caer. El 19 de enero pasado, Juan José Esparragoza Monzón, hijo de Juan José Esparragoza Moreno, el Azul, uno de los tres líderes y fundadores del cártel de Sinaloa, fue detenido por elementos de las fuerzas federales, en Culiacán, Sinaloa.

De la radiografía de los carteles que operan en México, las autoridades federales identifican a los Zetas como la organización que más integrantes han sido detenidos, seguido por el cárteles de Sinaloa y el del Golfo. Aunque también se identifica a la organización de los hermanos Beltrán Leyva, el cártel de Juárez, los Caballeros Templarios y el cártel Jalisco Nueva Generación.

A TRES AÑOS DE LA DESAPARICIÓN DE NORMALISTAS

El próximo 26 de septiembre se cumplen tres años de la desaparición de 43 normalistas de la normal rural de Ayotzinapa, Guerrero, y hasta el momento, el gobierno federal no ha logrado esclarecer qué fue lo que ocurrió la noche del 26 de septiembre de 2014.

Otro pendiente es el caso Tlatlaya, (donde murieron 22 personas en

enfrentamiento con el Ejército mexicano ) expediente que estaba cerrado y que en días pasados, un juez ordenó a la PGR reabrirlo y hacer las diligencias necesarias para llegar a la verdad absoluta de los hechos.

EXGOBERNADORES, UN PENDIENTE MÁS

En materia de impartición de justicia, el gobierno federal tiene abiertos varios frentes. El caso del exgobernador, Javier Duarte, a quien acusa de lavado de dinero y operaciones con recursos de procedencia ilícita. El exgobernadores, Roberto Borge, de Quintana Roo, y Tomás Yarrington, de Tamaulipas detenidos en Panamá e Italia, respectivamente. Al primero, la PGR busca extraditarlo a nuestro país, por lavado de dinero y desvío de recursos. El segundo será extraditado a Estados Unidos, y luego de cumplir su condena, será regresado a nuestro país.

Sin resultados favorables

Ante este panorama, Oswaldo Zavala, catedrático chihuahuense del Colegio de Staten Island de la Universidad de Nueva York, afirmó que la actual política en materia de seguridad no está dando resultados Ya que la estrategia está mal planteada.

-¿Está dando resultado la estrategia de seguridad nacional?

No, para nada. Yo creo que no. Yo creo que tenemos un problema principalmente porque la idea de seguridad nacional que vende cifras de detenciones, de supuestos arrestos, de asesinatos extrajudiciales de traficantes, de decomisos, tienen muy poco que ver en realidad con seguridad ciudadana. Como muestra el estudio del CIDE (Centro de Estudios y Docencias Económicas), con su índice de letalidad. ¿Qué tanto puede realmente hacer el ejército en matar y detener? Si tomas las cifras de asesinatos extrajudiciales, lo que tienes es una matazón extraordinariamente eficaz, que sí, podría venderse como una idea de seguridad nacional, pero insisto, tiene muy poco que ver con la seguridad ciudadana. ¿Qué es lo que pasa con los ciudadanos que están en medio de esas balaceras o cerca de esas balaceras? Yo creo que la idea de seguridad nacional está muy vinculada a la idea de seguridad nacional estadounidense (…) No está bien justificado, no está bien planteado, y si solamente hablamos de seguridad nacional, es porque los gringos hablan de seguridad nacional.

-¿Es efectiva la estrategia?

Antes de decidir si nuestra política de seguridad nacional es efectiva o no, y la pregunta es ¿cómo es que llegamos a creer, que declaren una emergencia de seguridad nacional en México? Por ejemplo, los índices de asesinato antes de la llamada guerra contra las drogas de Calderón. No había una espiral descontrolada de asesinatos en México, ¿por qué de pronto se vuelve una materia de seguridad nacional? ¿Por qué de pronto suponemos que los cárteles son esto y aquello? La detención final del Chapo es muy elocuente con todo esto: Finalmente es un tipo que no tenía gran espacio de poder, que no tenía un gran campo de acción. Que vivía una vida, por lo menos en lo que aparenta en muchas entrevistas, muy precaria y que ahora, con todo ese proceso judicial que le están haciendo aquí, queda cada vez más claro: no hay dinero, no puede contratar una gran defensa; el poco dinero que tiene no lo dejan usarlo porque es supuestamente ilegal, entonces no puede usarlo para pagar abogados.

Creo que la mayor crisis de seguridad nacional en México en los últimos años, es la irrupción del Ejército en la sociedad civil.

-La Sedena y la Marina han dicho que están capacitando a sus elementos en derechos humanos

¿Por qué hay que capacitarlos si tienes policías? El Ejército tiene otra función. El soldado no está pensado para relacionarse con la ciudadanía de ese modo, más allá de un desastre natural, pero el Ejército no se pensaba para atacar cuestiones domésticas policiacas (…) Entonces, la respuesta no es sensibilizar al Ejército y de pronto enseñarles que no pueden matar. Sino, más bien, deshacer el estado de excepción y permitir que las fuerzas armadas cumplan su función original que es supuestamente proteger la soberanía nacional; los linderos, los bordes del territorio.

-Ha habido un 23% en agresiones contra los periodistas, ¿cómo esto impacta en el desarrollo democrático y poblacional del país?

Yo no creo que el estado se proponga en decirle a los soldados “a ver, ustedes péguenle a los periodistas”, no, pero es decir, en la misma dinámica del estado de excepción es casi lógico que de pronto entre los derechos humanos pisoteados, están también los de reporteros. Artículo 19 decía que los principales agresores en contra de periodistas son agentes del Estado.

 

 

En el último año, los delitos de alto impacto en nuestro país han aumentado de manera notable, pese a los esfuerzos del gobierno por frenar las actividades de la delincuencia organizada y común. En estados como Veracruz, Baja California, Baja California Sur, Colima, Tabasco y Tamaulipas las extorsiones, secuestros, homicidios dolosos y robo están a la orden del día.

Datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) señalan que el año pasado hubo un repunte en el número de homicidios dolosos en 23 de los 32 estados con respecto del 2015, por lo que 2016 se coloca como el segundo año con el mayor número de víctimas desde que inició el registro, solamente por debajo del 2014.

Las cifras revelan que en 2016 los asesinatos aumentaron 20.78%; mientras que el secuestro se incrementó 4.62%, la extorsión 1.14 %; el robo con violencia 2.53 % y 1.27 % el robo de vehículo.

Si se compara el primer semestre de 2017 contra el mismo periodo de 2016, encontramos un incremento de 40.06% en robo a negocio; 32.4% en robo con violencia; 30.54% en robo a transeúnte; 25.16% en extorsión; 15% en robo de vehículo; 6.21% en secuestro común y federal; 2.95% en robo a casa habitación; y 1.18% en violaciones.

Desde principios de año y hasta el pasado mes de julio, el gobierno federal reporta un millón 40 mil 783 delitos en todo el país.

En contraparte, el gobierno federal reporta aumento en decomisos de droga, detención de personas y armas. En el periodo de septiembre de 2016 hasta agosto pasado, la Marina, decomiso más de 64 toneladas de cocaína y sustancias químicas para la elaboración de drogas sintéticas, provenientes de centroamrica y Asia, que iban a entrar a nuestro país, por los puertos de Manzanillo, Colima, Puerto Chiapas, Chiapas, Acapulco, Guerrero, Lázaro Cárdenas, Michoacán y La Paz, Baja California.

Del 2012 y hasta agosto pasado, la PGR ha capturado y abatido 106 de los 122 narcotraficantes más buscados, siendo Dámaso López  el Licenciado líder del cartel de Sinaloa el último en caer. El 19 de enero pasado, Juan José Esparragoza Monzón, hijo de Juan José Esparragoza Moreno, el Azul, uno de los tres líderes y fundadores del cártel de Sinaloa, fue detenido por elementos de las fuerzas federales, en Culiacán, Sinaloa.

De la radiografía de los carteles que operan en México, las autoridades federales identifican a los Zetas como la organización que más integrantes han sido detenidos, seguido por el cárteles de Sinaloa y el del Golfo. Aunque también se identifica a la organización de los hermanos Beltrán Leyva, el cártel de Juárez, los Caballeros Templarios y el cártel Jalisco Nueva Generación.

A TRES AÑOS DE LA DESAPARICIÓN DE NORMALISTAS

El próximo 26 de septiembre se cumplen tres años de la desaparición de 43 normalistas de la normal rural de Ayotzinapa, Guerrero, y hasta el momento, el gobierno federal no ha logrado esclarecer qué fue lo que ocurrió la noche del 26 de septiembre de 2014.

Otro pendiente es el caso Tlatlaya, (donde murieron 22 personas en

enfrentamiento con el Ejército mexicano ) expediente que estaba cerrado y que en días pasados, un juez ordenó a la PGR reabrirlo y hacer las diligencias necesarias para llegar a la verdad absoluta de los hechos.

EXGOBERNADORES, UN PENDIENTE MÁS

En materia de impartición de justicia, el gobierno federal tiene abiertos varios frentes. El caso del exgobernador, Javier Duarte, a quien acusa de lavado de dinero y operaciones con recursos de procedencia ilícita. El exgobernadores, Roberto Borge, de Quintana Roo, y Tomás Yarrington, de Tamaulipas detenidos en Panamá e Italia, respectivamente. Al primero, la PGR busca extraditarlo a nuestro país, por lavado de dinero y desvío de recursos. El segundo será extraditado a Estados Unidos, y luego de cumplir su condena, será regresado a nuestro país.

Sin resultados favorables

Ante este panorama, Oswaldo Zavala, catedrático chihuahuense del Colegio de Staten Island de la Universidad de Nueva York, afirmó que la actual política en materia de seguridad no está dando resultados Ya que la estrategia está mal planteada.

-¿Está dando resultado la estrategia de seguridad nacional?

No, para nada. Yo creo que no. Yo creo que tenemos un problema principalmente porque la idea de seguridad nacional que vende cifras de detenciones, de supuestos arrestos, de asesinatos extrajudiciales de traficantes, de decomisos, tienen muy poco que ver en realidad con seguridad ciudadana. Como muestra el estudio del CIDE (Centro de Estudios y Docencias Económicas), con su índice de letalidad. ¿Qué tanto puede realmente hacer el ejército en matar y detener? Si tomas las cifras de asesinatos extrajudiciales, lo que tienes es una matazón extraordinariamente eficaz, que sí, podría venderse como una idea de seguridad nacional, pero insisto, tiene muy poco que ver con la seguridad ciudadana. ¿Qué es lo que pasa con los ciudadanos que están en medio de esas balaceras o cerca de esas balaceras? Yo creo que la idea de seguridad nacional está muy vinculada a la idea de seguridad nacional estadounidense (…) No está bien justificado, no está bien planteado, y si solamente hablamos de seguridad nacional, es porque los gringos hablan de seguridad nacional.

-¿Es efectiva la estrategia?

Antes de decidir si nuestra política de seguridad nacional es efectiva o no, y la pregunta es ¿cómo es que llegamos a creer, que declaren una emergencia de seguridad nacional en México? Por ejemplo, los índices de asesinato antes de la llamada guerra contra las drogas de Calderón. No había una espiral descontrolada de asesinatos en México, ¿por qué de pronto se vuelve una materia de seguridad nacional? ¿Por qué de pronto suponemos que los cárteles son esto y aquello? La detención final del Chapo es muy elocuente con todo esto: Finalmente es un tipo que no tenía gran espacio de poder, que no tenía un gran campo de acción. Que vivía una vida, por lo menos en lo que aparenta en muchas entrevistas, muy precaria y que ahora, con todo ese proceso judicial que le están haciendo aquí, queda cada vez más claro: no hay dinero, no puede contratar una gran defensa; el poco dinero que tiene no lo dejan usarlo porque es supuestamente ilegal, entonces no puede usarlo para pagar abogados.

Creo que la mayor crisis de seguridad nacional en México en los últimos años, es la irrupción del Ejército en la sociedad civil.

-La Sedena y la Marina han dicho que están capacitando a sus elementos en derechos humanos

¿Por qué hay que capacitarlos si tienes policías? El Ejército tiene otra función. El soldado no está pensado para relacionarse con la ciudadanía de ese modo, más allá de un desastre natural, pero el Ejército no se pensaba para atacar cuestiones domésticas policiacas (…) Entonces, la respuesta no es sensibilizar al Ejército y de pronto enseñarles que no pueden matar. Sino, más bien, deshacer el estado de excepción y permitir que las fuerzas armadas cumplan su función original que es supuestamente proteger la soberanía nacional; los linderos, los bordes del territorio.

-Ha habido un 23% en agresiones contra los periodistas, ¿cómo esto impacta en el desarrollo democrático y poblacional del país?

Yo no creo que el estado se proponga en decirle a los soldados “a ver, ustedes péguenle a los periodistas”, no, pero es decir, en la misma dinámica del estado de excepción es casi lógico que de pronto entre los derechos humanos pisoteados, están también los de reporteros. Artículo 19 decía que los principales agresores en contra de periodistas son agentes del Estado.

 

 

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