Vivió adolescente momentos de tormento al usar drogas

Natalia, a sus 16 años de edad, lucha día a día para recuperarse de la enfermedad de la adicción a las drogas que padece. En la imagen aparece con la directora del CEA

Gloria Negrete

  · jueves 8 de agosto de 2019

Natalia, a sus 16 años de edad, lucha día a día para recuperarse de la enfermedad de la adicción a las drogas / Alonso Moreno

“Natalia” es una joven de 16 años de edad que empezó con el consumo de drogas a los 14, influenciada por su novio, un adolescente al que conoció cuando estudiaban la preparatoria. Ahora ella lucha por dejar atrás las adicciones que la llevaron a dejar la escuela y abandonarse a sí misma.

En entrevista realizada en el Centro Especial para Adictos (CEA) área mujeres, donde está sometida a un tratamiento, Natalia platicó que su vida fue un tormento desde el momento en que empezó a fumar marihuana y a tomar pastillas “éxtasis”.

“Dejé de ir a la escuela. Solo terminé el primer año de ´prepa´ porque me fui a vivir con mi novio. Él trabajaba y estudiaba, pero era muy celoso, me prohibía salir, por eso yo me quedaba en la casa. Luego, empezó a golpearme”, externó.

“Mis papás no sabían que yo estaba usando drogas. Un día, mi papá me notó más delgada y me dijo que me llevaría con el doctor, pero me negué. Le tuve que confesar que me estaba drogando”.

Ven defectos en la estrategia contra las adicciones / CORTESÍA.


Natalia refirió que su padre le ofreció ayuda, internándola en un centro de rehabilitación para que saliera de la adicción, la cual aceptó debido a que la relación con su novio se había vuelto insoportable.

Hace dos meses que Natalia está en el CEA mujeres, un lugar donde se siente tranquila porque recibe una buena atención y cuenta con gente especializada en el tratamiento contra las adicciones.

“He aprendido mucho aquí, en el CEA. Me han ayudado a tomar conciencia de que pueden suceder cosas graves en mi vida si no dejo de consumir. Tengo sueños, metas por alcanzar cuando salga de aquí. Quiero terminar la preparatoria y estudiar enfermería y maquillaje profesional. Formar un hogar. Creo que eso lo podré lograr porque tengo el apoyo de mi familia, de mis padres que nunca me han abandonado y, sobre todo, de Dios”.