Se convirtió la visa humanitaria en un imán para atraer a los residentes del sur de México y América Central a la frontera Norte del país, quienes literalmente buscan cumplir el “sueño americano”, cuando dichos permisos tienen como esencia brindar protección a quienes viven conflictos políticos o bélicos en sus lugares de origen.
Es tan clara dicha situación que algunos llegan para pedir el registro en la lista en control de la Casa del Migrante “Divina Providencia” y refieren su deseo de recibir la documentación para ir a visitar a sus familiares o bien ponerse a trabajar en Estados Unidos, dos argumentos que no validan el permiso.
Martín Salgado Ames, presidente del patronato de dicho hogar, comentó que la gente se confunde al creer que pueden anotarse sólo por tener deseos de visitar a sus familiares que residen, muchas veces ilegales, en el vecino país del Norte.
“Les pregunto ¿Por qué quieres ir a Estados Unidos? Y me responden que desean ir a trabajar o reunirse con algún familiar que hace muchos años no ven, para ese tipo de justificaciones existen otro tipo de visas distinta a la humanitaria, de cajón esas personas no van a lograrlo”, explicó.
SE ESTÁN RETRACTANDO
Salgado Ames comentó que desde hace una semana, aproximadamente, detecta que varias personas desisten de su intento, es decir, piden ser eliminados de la lista a tres días de ser atendidos y luego de meses de esperar turno.
“Es muy curioso lo que nos está pasando de una semana a la fecha, les hablamos para que estén aquí días previos a su cita y deciden cancelar, algo debe estar pasando”, indicó sin saber la razón.
Aseguró que la lista es apenas uno de los tantos pasos del recorrido para lograr la visa, sí es que la logran, pues todavía se tiene que justificar la real necesidad de este beneficio.
“Además debes tener un familiar legal quien te reciba y documentación que compruebe que enfrentas riesgos políticos o bélicos en el país de origen”, indicó.
Actualmente existen mil 148 migrantes de los cuales 714 son mexicanos, quienes tienen nulas posibilidades de ser albergados bajo dicha figura.
A diario se mandan hasta diez personas para ser atendidas por los funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), les queda un largo trecho para que se defina su situación.