Una afición a la mariguana lo llevó a explorar nuevos horizontes en el mundo de las adicciones, hasta volverse dependiente del fentanilo, una droga que él mismo califica como “cinco veces más placentera” que la que lo indujo al vicio, por lo que hoy, por segunda ocasión se encuentra en etapa de recuperación, internado en un centro de rehabilitación de la ciudad.
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Es la historia de “Luis”, un joven de 18 años de edad, residente de Estados Unidos, pero de orígenes mexicanos, a quien así se le llamará durante la presente redacción, en la intención de proteger su identidad.
Luis comenzó a utilizar drogas desde hace más de un par de años, mientras estudiaba en una escuela pública de San Luis, Arizona, en ese entonces, alguien le ofreció probar por primera vez la mariguana, lo hizo y a partir de allí se volvió farmacodependiente de esta sustancia.
“Después, en la escuela se puso de moda el fentanilo y yo fui uno de los que primero lo usé, hasta perder tanto peso y modificar mi apariencia que no pude ocultarlo”, expresó.
Actualmente, Luis lleva un mes y una semana en recuperación, etapa en la que ha tenido la oportunidad que pensar en sus seres queridos y en su futuro, uno en el que se ve alejado del mundo de las adicciones y enfocado para reinsertarse en la sociedad.
“A los demás jóvenes y adolescentes yo les dijo que la piensen dos veces antes de probar el fentanilo, porque es una adicción que cuesta mucho trabajo dejar, y si ya lo consumen, que busquen ayuda, siempre habrá un familiar que vea por nosotros”, compartió.
PROBLEMA LATENTE
Como el caso de Luis, en los diferentes centros de rehabilitación de San Luis Río Colorado, hay decenas de jóvenes de entre 18 y 25 años de edad, la mayoría originarios de Estados Unidos, que se encuentran en etapa de recuperación.
De los últimos cinco años a la fecha, al menos cuatro personas entre jóvenes y un adolescente han resultado intoxicados por el uso de esta droga, conocida también como M-30.