En relación a los recientes feminicidios registrados en el país, señalan que estos eventos no ameritan solo castigos, sino una reflexión en cuanto a cultura de prevención y promoción de la denuncia.
En el año en curso, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública ha reportado 72 casos, de los cuales habló la criminóloga Mitzy Sabrina Rodríguez, asentando que en la mayoría de los asesinatos el victimario muestra señales de sus intenciones, pero la víctima se niega u omite dichos indicios del peligro en el que se encuentra, a veces sin tener la oportunidad de denunciarlo a las autoridades.
“Normalmente, los agresores se muestran con mucho carisma y labia; exponer el cadáver de sus víctimas es como un trofeo, suelen verlo como su `firma´, humillándolas de la manera más cruel imaginada para ellos”.
Dijo también que “buscará una víctima en la que pueda ejercer control, ya que sienten placer al ver su miedo, buscando siempre hacerla sumisa”.
Una vez hecho el delito, subrayó, buscan la manera de comprobar que todo salió como lo tenían planeado. “Dan señales de que ellos fueron y no todos los ven, pero siempre van a presumir su asesinato de alguna manera”.
SEÑALES DESDE LA INFANCIA
Por su parte, el psicólogo Juan José Díaz Núñez afirmó que “por lo regular, el feminicida acostumbra denigrar a la mujer, en ocasiones inconscientemente; esto empieza desde la infancia, en el núcleo familiar”.
El también coordinador general de la Universidad Vizcaya de las Américas enunció que el asesino en potencia se va formando en un entorno inestable y carente de valores.
“Hay un comportamiento que se va adquiriendo en una cultura con preponderancia machista”, agregando que la terapia podría funcionar para contrarrestar esto como medida preventiva para disminuir los asesinatos.
Otra solución planteada por el entrevistado es la que “empezar a evaluar a los menores y sus comportamientos en familia, así como intentar detectar en las escuelas estos focos de atención y ver de dónde lo están adquiriendo”.
LISTA NEGRA. Si no hay denuncia de cualquier indicio de violencia, se incapacita a las autoridades que procuran justicia
TOMAN LA CULPA. En la mayoría de los casos es la mujer quien justifica las agresiones, adjudicándose la culpa, sin denunciar