Los pescadores de aguamala tienen el problema de que no consiguen la sal necesaria para el procesamiento de ese producto, ya que son especificaciones que hacen los compradores chinos para adquirir la pesquería.
Otro problema es que hay detalles de inseguridad en el valle que hace que los pescadores no la comercialicen debidamente, porque no quieren meterse en dificultades.
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De acuerdo a pescadores, cuya identidad no quisieron revelar por temor a represalias, tienen la opción de traerla de Baja California, concretamente de San Felipe, y en ocasiones de Guerrero Negro, Baja California Sur, donde se encuentra la salina más grande.
Expresaron, que la sal que vienen del vecino estado, ya está industrializada, y es precisamente como la quieren los compradores chinos, porque así es como se puede procesar mejor el producto.
En cambio, la de Sonora, es sal a granel, que requiere entrar en proceso de industrialización, por ende, tiene un costo mayor a la del vecino estado.
Según versiones que se manejan en el poblado pesquero, la sal que viene de Baja California cuesta 50 mil pesos la tonelada, mientras que la de Sonora es tres veces mayor, pero también tienen el problema de que carecen de los recursos para adquirirla.
Aunado a esto, la temporada de pesca de aguamala no ha comenzado y no se ha fijado un precio para el producto (el año pasado fue de tres pesos el kilo), eso dificulta todavía más su situación.
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Otra prospección
El sector pesquero y compradores del recurso aguamala 2023 valorarán las condiciones de dicha pesquería en todos sus aspectos (producción, precio, etcétera) en estos días y se tomará una decisión con los datos que se estarán recopilando de las salidas que se estarán llevando los pescadores en busca del recurso y para el miércoles próximo, se llevará una prospección con personal del Inapesca para tener datos más seguros.