En estos momentos, la situación económica para los emprendedores de negocios y pequeñas empresas dedicados a actividades no esenciales, resulta insoportable luego de cuatro meses de permanecer cerrados por la crisis sanitaria.
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La suspensión temporal de los negocios no esenciales afecta a los pequeños comerciantes y empresarios quienes, a la fecha, no saben qué día podrán reabrir sus locales, instalar sus negocios en eventos masivos o vender en lugares al aire libre como el Bazar del Andador Turístico de la Calle Tercera, como lo venían haciendo antes de que surgiera la pandemia por el Covid-19.
A pesar de que las autoridades gubernamentales a través de los funcionarios de la Secretaría de Salud, a mediados de marzo, instruyeron que suspendieran labores todos aquellos negocios que efectuaran actividades no esenciales, no ofrecieron apoyo a éstos para poder sobrellevar los pagos de servicios públicos, salarios de empleados, renta de locales, impuestos y otros gastos derivados de sus hogares.
Tal es el caso de Julio Hernández quien hace 6 años emprendió un negocio propio en el que atendía desde su casa y hace 2 pudo abrir un local para ofrecer un mejor a su clientela.
El joven empresario contó que, a raíz de la emergencia sanitaria, la crisis económica se torna difícil para él y su familia, pues a la fecha se agotaron los ahorros y el dinero que tenían para surtir de mercancía el local.
“Hemos estado cerrados como nos lo indicaron las autoridades. Sin embargo, los gastos no esperan. Seguimos pagando renta, servicios de luz y agua del local y de la casa, impuestos y el sueldo de dos empleados”, externó.
Además, Julio Hernández, generalmente, instala módulos de venta en ferias y festivales, los cuales también fueron suspendidos por la contingencia del Covid-19 y llevaba a cabo dos veces al año el evento “MegaCon”, uno en abril, el cual no se pudo realizar y el de noviembre desconoce, por ahora, si se podrá desarrollar.
Por su parte, Anaíz Valles, dedicada a la elaboración y venta de accesorios en el Bazar del Andador Turístico de la Calle Tercera, manifestó que, sin duda, el tiempo de crisis sanitaria ha afectado la economía de su hogar, ya que éste se sostiene con aportaciones de su esposo y de ella.
“Ahora que yo estoy sin trabajar, el dinero lo aporta mi esposo porque él sigue trabajando y gracias a eso hemos salido adelante con los gastos. Desde mediados de marzo dejé de ir a vender al bazar del Andador”, dijo.