La quema de fuegos artificiales afecta física y mentalmente a los animales, sobre todo a los perros que al oír los estruendosos “tronidos” pueden sufrir taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, desorientación, aturdimiento, pérdida de control, miedo y hasta la muerte.
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La médico veterinario zootecnista, Guadalupe Del Toro, integrante de la agrupación defensora de animales, “El hogar de Tommy”, lamentó que algunas personas lleven a cabo la práctica de quema de juegos pirotécnicos, la cual se intensifica durante las celebraciones decembrinas.
Detalló que los perros suelen sentir temor y al huir pueden ser víctimas de accidentes o perderse. Las aves reaccionan frente a los estruendos con taquicardias que pueden provocarles la muerte; mientras que los gatos suelen correr detrás de los explosivos por simple curiosidad pudiendo ingerirlos, perder la vista o lesionarse.
Los perros entran en pánico al escuchar los cohetes, sufren de taquicardia que puede generarles un infarto o derrame cerebral, por eso en necesario protegerlos de esos ruidos tan intensos.
La recomendación es resguardarlos dentro de las casas en cuartos con música relajante para evitar que escuchen los ruidos exteriores y asegurar bien los cercos perimetrales para prevenir que salgan a la vía pública tratando de huir de los estruendos, pues al estar en la calle corren el riesgo de ser atropellados o extraviarse.
También es recomendable ofrecer a los perros unas gotas naturales relajantes para que se mantengan tranquilos durante la quema de cohetes, aunque lo ideal es evitar dicha práctica que no solo afecta a los animales sino a las personas autistas y contamina el medio ambiente.