Como “efecto dominó”, debido a las consecuencias derivadas de la pandemia y su propagación en la región noroeste del país, así como en gran parte de Estados Unidos, uno de los sectores afectados es el del turismo de bodas y eventos sociales, el cual en tan solo un promotor y organizador de eventos trae una derrama económica de casi 500 mil pesos al año, como mínimo.
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Así lo expresó Larizza Miranda, quien en su experiencia como organizadora de eventos percibe una crisis tanto en su trabajo como en aquellos prestadores de servicio que convergen en su labor, siendo estos el de hotelería, banquetes, fotografía o video, florería, mantelería, por mencionar algunos.
“Nos ha afectado bastante el negociar con cliente para que cambie de fecha y entienda lo que conlleva esto; dependemos tremendamente de nuestros clientes de Estados Unidos, sobre todo porque la mayoría de mis servicios de decoración son contratados por residentes del país vecino”, compartió la entrevistada, para luego reflexionar que no solo se trata de un periodo de cuarentena, sino de dos o más meses de recesión económica debido a la emergencia sanitaria.
“El primer evento que pospuse estaba fechado para el 18 de abril, una boda de una pareja de California; lo cambiamos al 26 de septiembre. Otro evento que también pospusimos quedó en un supuesto hasta el 9 de enero del 2021 (…) por mientras, no recibimos ningún ingreso y hay personas en mi equipo a quienes debo repartir pagos. Es difícil, sobre todo porque esta era la mejor temporada en San Luis Río Colorado”.