El gusto y la habilidad de cocinar surgieron en Oneida Parra desde que era niña, sin imaginar que años más tarde emprendería un negocio propio de venta de sushi, apoyada e impulsada por su madre, esposo e hijos, quienes han contribuido al éxito de esta empresa familiar.
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Al platicar con Oneida se pudo conocer que el sushi es uno de los platillos favoritos de sus 4 hijos, por lo que muy seguido acudían a restaurantes especializados en este tipo de comidas para disfrutarlas, pero un día su esposo, el señor José Luis Murrieta, de oficio cocinero, tuvo la idea de aprender a elaborarlo.
Un vecino de la familia Murrieta Parra sabía preparar sushi, por lo que el esposo de Oneida se acercó a él para pedirle la receta y amablemente la compartió. Una vez que tuvieron en sus manos la lista de ingredientes, la pareja empezó a practicar y poco a poco fueron perfeccionando la presentación de los rollos a base de arroz, al grado que familiares y amistades solicitaban que cocinaran.
Oneida Parra contó que fue su mamá, la señora Luz, quien le propuso que vendiera sushi utilizando una carreta para hot dogs que tenía su hermana Breyda, lo cual aceptó y empezó a vender, solamente los fines de semana, en el fraccionamiento Villa Las Flores en donde sus principales clientes eran los vecinos del lugar.
ENFRENTÓ EL MIEDO AL CAMBIO
Oneida Parra es una mujer emprendedora, ama de casa, quien antes de tener este negocio, se dedicó a preparar pasteles y galletas en casa para comercializarlos, además vendía artículos de belleza por catálogo con el afán de contribuir al gasto familiar, aunque señala que la aportación fuerte de su hogar siempre la ha efectuado su esposo.
Luego de casi 5 años de estar con sushi "Otro rollo" en el fraccionamiento, tomó la decisión de hacer crecer su negocio instalándose en un local ubicado frente al Cobach, para permitir que los clientes estén más cómodos y ampliar el menú incluyendo en éste bonless y teriyaki, así como otras variaciones de los rollos de sushi a petición de la clientela.
Contó que el hacer crecer esta empresa fue iniciativa de su hija mayor, Luz, de 19 años de edad, quien un día le dijo: "mamá, ya es tiempo de movernos de aquí de la banqueta a un local establecido. En ese momento sentí miedo del cambio que esto implicaría. Miedo a la competencia. Miedo a crecer. Sabía que no sería fácil, que sería todo un reto, pero a final de cuentas acepté y ahora estamos aquí. Me siento contenta de lo que hemos logrado y eso ha sido gracias a toda mi familia, a mi esposo y a mis 4 hijos. Todos me ayudan. Me siento muy bendecida".
CONSTANCIA LLEVA AL ÉXITO
La empresaria es originaria del estado de Sinaloa y llegó a San Luis Río Colorado cuando tenía 14 años de edad. Cursó la carrera técnica de asistente directivo. Sus ratos libres los pasa al lado de su familia, sobre todo, de sus hijos de 15, 16 y 19 años y cuando no está cocinando en el restaurante lo hace en su casa, pues le fascina preparar pastas y frijoles charros.
Oneida considera que la base del éxito de un negocio es la constancia, la buena atención que brindes al cliente y al estar pendiente de cada detalle, especialmente cuando se trata de un restaurante, ya que la comida es muy delicada por eso, como propietario, debes supervisar cada detalle.
Por último, exhortó a las personas que tienen en mente iniciar un negocio a que se atrevan a concretar ese sueño, ya que es satisfactorio que los clientes te prefieran y ver como crece tu empresa con el paso del tiempo. Por eso es importante tener paciencia y ser perseverante en esto del comercio.