La ingesta inmoderada de bebidas alcohólicas es perjudicial para la salud, sobre todo, tratándose de adolescentes debido a que por su talla y peso son más susceptibles a los daños que esta sustancia causa.
El doctor Arturo Vargas, médico del departamento de epidemiología del Centro de Salud Urbano de la Secretaría de Salud del Estado, dijo que se debe tomar en cuenta que el alcohol es una sustancia química que el organismo tarda tiempo en procesar.
La cantidad de alcohol que puede tomar cada persona depende de su edad, peso y talla, ya que de acuerdo a estos aspectos será la reacción que se genere en su cuerpo, destacó el médico.
Entre los efectos inmediatos y a corto plazo destacan: náuseas, vómitos, pérdida del equilibrio, confusión, ausencia de reflejos, intoxicación, no recordar lo que hizo, deshidratación, convulsiones y otros.
Arturo Vargas resaltó que, entre un bote de cerveza, de 355 mililitros, y otro, el bebedor debe dejar pasar al menos 2 horas para que durante ese tiempo el cuerpo lo metabolice y así, evitar las llamadas “crudas” y otras complicaciones en la salud.
Al cuestionar al médico en relación a qué pasa con el cerebro cuando se consume alcohol, destacó que el cerebro es parte del sistema nerviosos central y se encarga de percibir lo que sucede en el entorno, lo que se ve, escucha, huele; clasifica y filtra información, permitiendo responder a estímulos.
Debido a que el cerebro de un adolescente está madurando, el beber alcohol aumenta el riesgo de tomar decisiones sin haber reflexionado antes las consecuencias.
Es importante que los adolescentes estén enterados que el consumo de alcohol modifica el funcionamiento del cerebro y ocasiona que las personas lo necesiten cada vez más, de ahí que debe evitarse que a esa edad lo ingiera, hablando con ellos de las consecuencias.