San Luis, Arizona.- En su participación en la conferencia “Opiáceos en Nuestra Comunidad”, en el auditorio de la San Luis High School el 30 de enero, el paramédico Luis Cebreros espera mover las conciencias de los jóvenes para que sepan que el fentanilo, que ya cobró 2 muertes por sobredosis, es devastador.
“El enfoque de la plática es para darle a los padres señales o síntomas de la adicción a alguna droga para que estén más atentos y empiecen a abrir ese diálogo con sus hijos sobre la droga”, indicó el vocero de Bomberos, “y también abrir los ojos a los estudiantes de que está pasando en sus propias escuelas el consumo y quitarles esa idea de que no se pueden morir, que son invencibles a la muerte”.
Aceptó que el mostrar cómo se va deteriorando el organismo es más efectivo para concientizar a los jóvenes, pues en los dos casos se trató de estudiantes de preparatoria que presentaban un cuadro muy crítico, y en uno de ellos su familia tuvo que dejarlo ir, tras que el médico dijo que quedaría en estado vegetativo.
“Sabemos que porque la pastilla, que es un analgésico para el dolor, está diseñada para entrar al estómago y llegar al intestino, el cuerpo lo absorbe, pero no es tan grande la potencia como al inhalarla”, comparó, “los muchachos lo están pulverizando y pasándolo por la nariz”.
En los dos pacientes que han fallecido han sido por la falta de respiración, “se relajan tanto que paran de respirar o se vomitan y se ahogan con su propio vómito, es lo peor que puede pasar si el cuerpo para de respirar”.
Y es que el organismo produce ácidos y se acumulan en la sangre y eso deshace las proteínas que uno necesita para mantenerse con vida, “entonces el cuerpo llega a un punto que hay tanto ácido y la persona puede estar vida pero en el sistema circulatorio llega a un punto de descomposición física y no hay punto de regreso”.
En ese sentido, los bomberos aplican suero al paciente para que el cuerpo se deshaga del ácido y oxígeno para devolver la respiración y se les aplica el Narcan, que es una dosis de 4 miligramos de Naloxona, que hace regresar del estado relajado; todo ello mientras los trasladan al hospital.
Recordó que el último deceso por sobredosis de fentanilo, el adolescente se fue a dormir y no hablaron con él hasta cerca de las 6:30 horas de la mañana siguiente “y no sabemos cuánto duró sin respirar”.
Al transportarlo al hospital parecía vivo, refirió, “pero internamente el ácido ya había afectado al cerebro y estaba ya en estado de vegetación y el doctor, de acuerdo a análisis determinó que estaba ya muy alto su contenido de potasio y recomendó dejarlo ir”.
El vocero de los Bomberos lamentó que el consumo de fentanilo está pasando “en plena luz del día, dentro de las escuelas, en el baño de la escuela, en el taxi que toman cuando pasan de México para acá y acuden a la escuela, por ello esperamos que estas pláticas les concienticen y miren que no es ´cura´, que sí se pueden morir o en el peor de los casos quedar en estado vegetativo”.