A paso lento es como los trabajos para reforzar el reconstruido muro divisorio por la frontera local, es como avanza la colocación de alambre de púa en su punto más alto, esto a manera de aumentar la seguridad de la franja entre San Luis Río Colorado, Sonora y San Luis, Arizona, ante la latente posibilidad de cruces irregulares hacia territorio estadounidense.
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Aunque por la frontera local la construcción del muro concluyó hace unos meses, el sistema de alambrado se aprecia apenas sobre la calle Octava, donde personal a la vista se encarga de colocarlo, a escasos metros del Puerto de Entrada de San Luis, zona que a la fecha sigue detectando el paso ilegal de migrantes entre connacionales y extranjeros, quienes logran burlar las largas barras de acero y caer del lado norteamericano para -al momento- emprender una huida en su mayoría fallida.
El alambrado se encarga de ser la última barrera física en el muro principal que en su punto más alto llega a medir 9 metros y medio; dicha medida de seguridad es también parte de la reconstrucción de las vallas de acero a lo largo de la frontera entre ambos países, con lo que, a decir en repetidas ocasiones por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) se ha logrado reducir la migración ilegal, el tráfico de personas y el cruce de drogas al país vecino.
Entre la línea divisoria entre México y Estados Unidos, el muro fronterizo lleva 668 kilómetros de tramo construido bajo el nuevo diseño, 380 kilómetros en construcción y 140 kilómetros en etapa de preconstrucción anunció vía Twitter Rodney Scott, jefe de la Patrulla Fronteriza.
Al ser una zona que a la fecha detecta migración ilegal, el recién reconstruido muro fronterizo es dotado de alambre de púa en su punto más alto para hacer más peligrosa tarea de quien busque burlarlo