Será complicado el combate del tráfico de armas en México, pero es necesario para reducir los crímenes violentos donde se utilizan pistolas, consideró Miguel Sandoval Arvizu, presidente del Comité Ciudadano de Seguridad Pública.
Luego de que la Secretaría de Relaciones Exteriores, a través de boletín oficial dio a conocer sobre los alcances de la reunión con el secretario de estado del vecino país Michael R. Pompeo, donde se analizaron los primeros 45 días del trabajo que México lleva a cabo para reducir la migración ilegal, en este espacio el canciller mexicano solicitó a Estados Unidos apoyo para detener el trasiego de armas.
Para abatir el problema se planteó a Estados Unidos un despliegue operativo, en conjunto con el Gobierno de México, para frenar el tráfico ilegal de armas que entran al país en las garitas de San Diego-Tijuana, El Paso-Ciudad Juárez, Laredo-Nuevo Laredo, McAllen-Reynosa y Brownsville-Matamoros, cinco puntos estratégicos para frenar el trasiego vinculado a los índices de inseguridad en México.
REVISIÓN ALEATORIA
Sandoval Arvizu consideró que será difícil dicha tarea, pero debe hacerse a fin de garantizar la seguridad de la frontera.
“Lo más sencillo sería que Estados Unidos y México creen un tratado internacional para que cada tres meses se revise que los estadounidenses que compraron un arma continúen con ella en territorio americano”, comentó.
Lo segundo más viable –dijo el presidente del Comité Ciudadano- es que se apliquen filtros de revisión aleatoria, lo que implicaría en México una violación a las garantías de los ciudadanos.
“La mayoría de las pistolas cruzan a México en bolsas de mujer, pañaleras o debajo de los asientos, revisar los vehículos implicaría un duro trabajo y también sería anticonstitucional, pero no va a quedar otra opción”, agregó.
La facilidad de comprar un arma de fuego en Estados Unidos y cruzarla a México provoca que la delincuencia pueda armarse con facilidad y cometer ilícitos.