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A escasos metros del territorio de Estados Unidos y tan lejos de vivir el “sueño americano”, ese es el caso de Darlyn Fabiola Vargas Martínez, quien junto a su hijo de 8 meses de edad ha hecho seis intentos por cruzar al “otro lado”, en esas ocasiones su esposo y tres de sus cuatro hijos pudieron ingresar al vecino país, ahora ella espera tener la suerte para reunirse con su familia.
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Una familia de 6 integrantes, la clásica familia hondureña que trabaja y busca el sustento todos los días. Dueños de una pequeña tienda el negocio les daba para vivir, pero un día fueron víctimas de las “maras” o pandillas que asechan a su país, quienes les obligaban a pagar 500 pesos como cuota o cobro de piso, situación que al cabo de un tiempo fue insostenible y decidieron buscar un mejor porvenir en el país más poderoso del mundo.
Su primer escala fue México, aquí Darlyn y su familia hicieron sus primero intentos por brincar el muro, en esas primeras ocasiones sus tres hijos Ostín, Alis y Peyton de 9, 6 y 13 años, respectivamente, lograron cruzar, eso fue debido a que, en la detención de la patrulla fronteriza, ella y su esposo negaron la paternidad de los menores, fueron recibidos en Estados Unidos y llevados a un Centro de Detención considerados como “menores no acompañados”.
Tanto Darlyn como su esposo fueron retornados por la frontera de San Luis Río Colorado y en otra ocasión, finalmente Gerardo pudo ingresar solo a suelo norteamericano, quedando aquí ella con el bebé de brazos.
Y aunque el camino es sinuoso y los riesgos muchos, Darlyn lo seguirá intentando, de aquel lado del muro la espera tres seres a los que les dio vida y su esposo, desea volver a reunir a su familia.
Afortunadamente para Darlyn tuvo la suerte de encontrar en su camino a dos paisanos hondureños quienes le tendieron la mano y le brindaron un techo donde dormir, un sencillo cuarto que ahora es su casa y ellos su familia.
Y mientras vuelven a hacer otro intento, Darlyn y Dilan esperan en un hogar ubicado justo enfrente del muro que divide a México de Estados Unidos, las ironías de la vida los llevaron a vivir cerca del “sueño americano” y lejos de alcanzarlo.
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