Un par de hombres fue captado la tarde del sábado en lo que aparentemente podría ser un intento por cortar una parte del cerco metálico que divide San Luis Rio Colorado, Sonora y San Luis, Arizona, por una de las zonas más utilizadas recientemente por “polleros” para facilitar el ingreso ilegal a los Estados Unidos.
Los hombres fueron vistos a eso de las 15:58 horas, en el entronque de la calle Morelos y avenida Carlos G. Calles, a unos pasos de la carretera Del Valle: uno al parecer cortaba o limaba el cerco sentado sobre una cubierta de alcantarilla de cemento, mientras que el otro permanecía sentado a su lado, sobre la banqueta.
Se desconoce desde qué hora habrían empezado la actividad aparentemente ilícita de daño al cerco propiedad de los Estados Unidos, sin embargo, unos 30 minutos después ya no estaban en el lugar.
Una unidad de Patrulla Fronteriza del Sector Yuma, que cuida la zona se pudo captar circulando en el área, tras recibir el reporte, de acuerdo con un vocero de la agencia.
El cruce ilegal de grandes grupos de centroamericanos en su gran mayoría de países como Guatemala, El Salvador y Honduras se ha intensificado en lo que va del periodo fiscal actual que comenzó el pasado 1 de octubre, en un 200%, mientras que en el periodo de 2018 que terminó el pasado 30 de septiembre, se registró hasta en un 150% más que el periodo pasado.
Actualmente, se ha visto más la tendencia del cruce facilitado por personas o “polleros”, como se le llama coloquialmente a quienes trafican con indocumentados, por sobre o debajo del cerco metálico, y casi es nulo el cruce con transporte hasta zonas urbanas o desérticas.
Acciones ilegales de este tipo se han documentado en los últimos meses por agentes de la Patrulla Fronteriza, en cuyos videos se notan a personas sosteniendo parte del cerco o incluso lanzando sobre el muro de 18 pies, o unos 6 metros a individuos o menores de edad, como el caso del pasado 3 de diciembre, cuando un individuo literalmente lanzó desde el lado mexicano a dos niños de 2 y 7 años, de origen guatemalteco a sus padres, que habían ya brincado el cerco, con otro adulto y su otro hijo de 10 años.
“Polleros” aprovechan la vulnerabilidad de los migrantes, quienes están dispuestos a casi todo con tal de cruzar a suelo norteamericano en busca de asilo humanitario.