Tras el arribo masivo de migrantes tanto deportados como quienes intentarán cruzar a Estados Unidos por primera vez, la casa del migrante “Divina Providencia” recibe un flujo atípico de usuarios, tan solo en esta semana al menos 100 personas han atendido, con ellos más el alimento que se ofrece a las personas en condición de calle, al menos 600 platos de comida se entregaron en la semana que acaba de concluir.
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Martín Salgado Ames, presidente del patronato de dicha organización de la sociedad civil, comentó que gracias a la labor de la instancia se evitan serios efectos sociales por el flujo al alza de quienes buscan el “sueño americano”.
“Nosotros somos como una especie de pararrayos, de no ser por la atención que les brindamos, esa población flotante podría provocar graves problemas sociales como ocurrió en el pasado, se trata de cientos de personas que estarían deambulando por las calles”.
GASTO EN ALIMENTO
Entregar por semana 600 platos de comida es una tarea titánica tanto de manos para preparar el alimento como recursos materiales y económicos.
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Para el desayuno la casa del migrante utiliza 240 (ocho carteras) de huevo, se cuecen 8 kilos de frijol y 6 de arroz para hacer combinaciones para los migrantes, para la comida se prepara al menos una caja de pollo (entre 15 y 18 kilogramos) que se mezcla con distintas verduras para servirse.
“Actualmente tenemos el apoyo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), con ese apoyo podemos comprar carne de puerco o res, es gracias a la ayuda de nuestros benefactores como sacamos adelante las necesidades”.
Aseguró que actualmente por apoyos en especie se encuentran estables, pero el gasto corriente se eleva, el incremento salarial del 2021 provocó una mayor erogación por sueldo, Impuesto sobre Nómina y Seguro Social.
En la casa del migrante trabajan una cocinera, dos personas de apoyo y una gerente/secretaria, quienes ayudan a atender las necesidades del lugar, pero es gracias al apoyo de los mismos migrantes como sacan adelante la ardua labor.