Es perfectamente normal que las curvinas se retiren de las zonas donde habitualmente son capturadas debido a que buscan desovar a los canales del delta del Río Colorado, porque eso hace precisamente.
La ecóloga Martha Román informó que esta conducta de la curvina es perfectamente normal, ya que ahora, en días recientes, hubo mal tiempo y eso no permite a los pescadores capturar la especie en la marea.
“Los cardúmenes les ganan ‘la tirada’ y ellos van buscando las zonas de desove, si no hay buen clima, no les permiten capturarlas en zonas más accesibles, eso provoca baja en la cantidad de pesquería capturada”.
Agregó que es posible que ocurra, es que hay muy poca curvina, comparada con otros años, ya que, en promedio, se puede ver que hay unos 750 kilos a una tonelada.
“Hemos visto pangas que traen 100 o 200 kilos, es raro la que traiga 1 tonelada; los pescadores argumentan que la curvina está muy dispersa, aunque no lo puedo asegurar, puede ser que los cardúmenes no sean tan grandes como solían ser en el pasado”.
Dijo que también puede ser que la cantidad de pangas pescando sea mayor y el volumen de la pesquería sea más o menos el mismo, por lo que la captura promedio sea menor.
Cabe señalar que alrededor de 450 pangas cuentan con permisos de pesca, pero faltaría ver las que no tienen autorización alguna y aun así salen al mar.
“Estamos hablando que pueden ser varios factores que hacen que la pesca sea menor, habría que analizar las posibilidades y ver exactamente qué provoca esta baja en la cantidad de curvina capturada”.
Román mencionó que falta un ordenamiento pesquero para que esas irregularidades se corrijan y no haya problemas al llevar a cabo la actividad en el mar.
Comentó que se espera una actividad fuerte que ayude a levantar los números en la producción de curvina y el sector pesquero tenga buenos resultados en su actividad, así como el cuidado al medio ambiente.
Hay varios factores por los que la pesca no ha sido tan buena, entre éstos el mal clima, el tamaño y las embarcaciones