La sociedad puede ayudar reflexionando sobre los desafíos sociales que afronta todos los días la gente con “Síndrome de Asperger”, poniéndose en su lugar, empatizar con las dificultades que presentan y mostrar interés activo por conocer bien a las personas.
Al conmemorarse mañana lunes el Día Internacional del Síndrome de Asperger, la psicóloga y psicoterapeuta, Sandra Martínez Luna, habló del tema señalando que el síndrome de asperger forma parte de los trastornos del espectro autista, caracterizado por un trastorno del neurodesarrollo que hace que el cerebro de la persona funcione de manera diferente a lo habitual, especialmente en la comunicación e interacción social y en la adaptabilidad flexible de las demandas diarias.
A estas personas les resulta difícil reconocer y comprender las reglas sociales “no escritas”, parece que no expresan sus emociones ni tienen en cuenta la de los demás.
Es necesario utilizar un lenguaje directo concreto y sencillo, no ambiguo, no de doble sentido y comprender que sus comportamientos no son capricho, que las rutinas les proporcionan seguridad y también es importante preguntar cuál es la mejor manera de ayudarlos.
Quienes presentan este síndrome tienen una forma de pensar rígida y pueden ser extremadamente sensibles a algunos estímulos del ambiente, por lo cual, a veces, pueden comportarse de forma inadecuada, sin darse cuenta y batallan para interactuar e integrarse con otros.