Bárbaro Otero, de 32 años de edad, hace once meses salió de Cuba en busca de una vida mejor en otro país, sin imaginar que el sueño que tenía en mente se volvería una pesadilla pues en México estuvo preso, se enfermó de zika y lleva dos meses esperando ser atendido por agentes de migración de Estados Unidos para solicitar asilo humanitario.
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El hombre, de oficio comerciante, relató que huyó de la isla porque era víctima de constantes amenazas y opresión por parte del gobierno que no permite a los cubanos trabajar ni ser independientes.
En Cuba se dedicaba a la fabricación y venta de cuchillos, una actividad productiva, dijo, como cualquier otra. Sin embargo, en repetidas ocasiones autoridades del gobierno cubano, sin dar mayor explicación, le decomisaron su mercancía y lo multaron.
Harto de que no lo dejaran trabajar para poder llevar el sustento económico a casa, tomó la decisión de emprender un viaje hacia México, logrando llegar en abril de 2019 a Tapachula, Chiapas donde permaneció hasta enero de 2020.
Para hacer este viaje tuvo que ahorrar por varios años. Tomó el avión de Cuba a Panamá y de ahí “voló” a Tapachula, lugar en el cual, según manifiesta, no la pasó bien porque fue encarcelado por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) debido a su estatus de ilegal.
Para mí no ha sido fácil este camino hacia lo que yo pensaba sería una mejor vida, distinta a la que tenía en Cuba
Bárbaro Otero, Migrante Cubano
“De verdad yo no la he pasado nada bien aquí en México, sobre todo en Tapachula donde estuve preso porque me detuvieron agentes de migración mexicana. En la cárcel me enfermé de zika”, refirió.
“Para mí no ha sido fácil este camino hacia lo que yo pensaba sería una mejor vida, distinta a la que tenía en Cuba. A pesar de eso, no quisiera regresar. Ahora lo que más deseo es ir a Estados Unidos, ya que aquí en México me negaron el proceso de refugio”, externó.
“LA ESPERANZA EN LO ÚLTIMO QUE MUERE”: BÁRBARO OTERO
Lo más triste para Bárbaro Otero fue desprenderse de su familia, sobre todo, de sus padres y hermanos de quienes recibió apoyo cuando les anunció que saldría de Cuba hacia otro país y que no sabía si algún día regresaría a la isla.
De ese momento, ya ha pasado casi un año y Bárbaro no ha logrado encontrar un lugar para establecerse, trabajar y empezar de cero con una nueva vida, pero tiene la plena confianza de que pronto lo logrará y lo que ha sido un calvario se convertirá en un oasis de nuevas oportunidades.
Cuando estuvo en Tapachula, Otero pudo conocer que alrededor de 1 mil 500 cubanos estaban anotados en una lista para pedir permiso de estar legalmente en territorio nacional, pero, según se enteró, de 100 solo uno o dos son aceptados.
Bárbaro Otero arribó a San Luis Río Colorado hace dos meses y desde entonces permanece en la Casa del Migrante “Divina Providencia” donde se le proporciona un lugar para dormir y asearse, además de tres comidas al día.
“Estoy muy bien aquí. Me siento tranquilo. No me había encontrado un lugar así en México. Conseguí un trabajo que me permite ganar algo de dinero, mientras espero que me llamen de Estados Unidos para una entrevista. Les voy a pedir asilo humanitario. Confío en que me lo van a dar y pronto voy a poder estar en ese país para trabajar y superarme. Es lo que más deseo”, agregó.
“Es muy duro lo que pasa un ilegal en México, sobre todo en el sur. Aquí en la frontera es diferente, no nos molestan y ya estoy más cerca de Estados Unidos. Tengo la esperanza de que me aceptarán en ese país y que pronto voy a estar allá. La esperanza es lo último que muere”, concluyó Bárbaro Otero.