“Es impresionante, la cantidad de cosas que puedes hacer con un pedazo de cartón, qué tanto puedes lograr con un poquito de pegamento y papel” comentó Erick Cuen, quien elabora piñatas con diseños imaginativos que no conocen límites. Desde personajes de series animadas y cómics, hasta pedidos personalizados según lo pida el cliente.
El inicio de esta aventura se remonta a poco menos de dos años, cuando Erick se encontró a sí mismo con mucho tiempo libre mientras cursaba su primer cuatrimestre en la universidad. La flexibilidad que le ofrecían sus estudios en línea lo impulsó a crear un negocio.
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“Siempre me han gustado las manualidades, desde que era chiquito” comentó Erick, quien siempre se mostró como un niño sumamente creativo e imaginativo, pero no fue hasta finales de 2020, en plena contingencia sanitaria, cuando decidió que quería compartir su arte.
Comenzó con decoraciones para fiestas temáticas. Posteriormente, recibió un pedido más ambicioso y que en su momento dudó ser capaz de realizar.
“Quería hacer algo más que las piñatas comunes que están con los brazos para abajo y ya”, compartió sobre su primera experiencia elaborando una piñata “quería darle una personalidad y traer lo que estaba en la imaginación de mi clienta a la vida real”.
Estableció su taller improvisado en su hogar, con el apoyo de sus familiares, como su abuelo que pasaba la voz y su madre, quien con mucho amor y paciencia lo acompañó y capacitó de alguna manera con el manejo de ciertos materiales.
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“Recién iba empezando y no sabía cómo hacer muchas cosas, ella se ponía a ver vídeos junto conmigo para ver cómo lo hacíamos y me enseñaba”, señaló que sin toda esa motivación constante no se habría animado a continuar.
Así, el arte de fabricar piñatas se volvió parte de su día a día, una actividad que disfruta enormemente y, además, trae alegría a su clientela, sobre todo a los más pequeños que se emocionan al ver sus sueños materializados.
“Lo pueden tocar, sienten que tiene vida y para los niños es algo mágico”
El proceso de fabricación comienza con un intercambio de ideas con el cliente, quien debe mandarle su pedido con por lo menos un mes de anticipación. Una vez que se llega a un diseño de su agrado, se comienza con el tratado del cartón, la definición de las partes y el cuerpo de la figura con la que se trabajará.
Del mismo modo, el joven prefiere tomarse su tiempo para agregar detalles especiales a cada una de sus piñatas.
“Hice un Charizard, que fue con el que me tardé más. Medía un metro y treinta de largo, y tenía la peculiaridad de que las alas se movían. Al balancearse daba la impresión de que estaba volando” Erick explica que ha sido su proyecto más grande, y también uno de los que se siente más orgulloso.
La elaboración de este elemento tan importante para las fiestas le toma de entre dos a tres semanas, pues además de ser algo complejas de elaborar por la cantidad de detalles con los que cuenta cada piñata, Erick actualmente emprende por su cuenta.
“Aquí estoy haciendo esto, soy estudiante y a veces ahí están todas las tareas acumuladas. Por momentos no hay nada, pero hay otras temporadas donde tenemos demasiadas. Tengo que darle un tiempo a todo y a veces no se logra”, admitió.
Sin embargo, pese a los momentos de mucho estrés y largas noches en vela, Erick considera que todo el tiempo y esfuerzo que ha invertido valen la pena, e insiste en la importancia de mantenerse perseverante.
“No desanimarse ni compararse con los trabajos de otros, porque hay otros muy buenos. Poco a poco vas a ir aprendiendo, y a veces ni cuenta te vas a dar de cuanto has mejorado”.
Por último, anima a otros emprendedores a no rendirse si no reciben mucha demanda de su trabajo, no deben perder la fe en que llegarán los clientes correctos que confíen plenamente en sus habilidades. Pero, sobre todo, confiar uno mismo en lo que es capaz de hacer.