/ sábado 20 de junio de 2020

San Luis Río Colorado está de fiesta al celebrar 103 años de fundación

El 21 de junio de 1917 inició operaciones la colonia agrícola-militar establecida por el capitán Carlos G. Calles al borde de la línea, junto al Monumento 204, en lo que ahora es San Luis Río Colorado

San Luis Río Colorado “nació” de manera circunstancial, por mera obra de la naturaleza de la región, puesto que el plan original del capitán Carlos G. Calles era establecerse en Puerto Isabel, pero el clima, la falta de agua y lo salobre del lugar hacían imposible no sólo la agricultura sino la vida misma.

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Sin embargo, con determinación y optimismo, sin dejarse vencer y con la consigna de lograrlo o morir en el intento de formar una colonia agrícola-militar, trazó camino desde la boca del Río Colorado hasta llegar a los límites de la frontera junto al Monumento 204, ahí, encontró la “tierra prometida”.

Así lo dio a conocer el investigador e historiador, Juan Antonio Contreras Frías, quien añadió a esta información que Carlos G. Calles tras un sinfín de obstáculos tanto burocráticos como políticos y sociales, pudo lograr su cometido.

El capitán Calles fue humano, con virtudes y defectos, pero lo que hizo, darle vida al desierto, eso nadie se lo quita, destacó Contreras Frías.

“Cien años han pasado desde que alguien decidió sacar provecho de esta tierra y con certeza hoy sabemos, que apostó y ganó”, expresó el investigador.

HUERTA NOMBRA A CALLES JEFE DE LA EXPEDICIÓN

Contó que a principios de 1917 el 5 de febrero, Venustiano Carranza, recién había promulgado la nueva constitución política y aunque las revueltas revolucionarias continuaban en la nación, había una calma relativa.

En Hermosillo, Adolfo de la Huerta quien era el gobernador constitucional del estado de Sonora determinó formar una colonia agrícola militar en esta frontera en lo que ahora es San Luis Río Colorado, nombrando como jefe de expedición al capitán Carlos G. Calles.

Corría el mes de marzo y procedente del distrito sur de Baja California llegó a Empalme un joven escritor que respondía al nombre de Adolfo Wilhelmy quien tenía como objetivo conseguir trabajo en el ferrocarril Sud-pacífico.

Al pasar los días, Wilhelmy hizo algunas amistades con oficiales del estado mayor, entre los que se encontraba el capitán primero Carlos G. Calles, sobrino y jefe de la escolta especial de Don Plutarco Elías Calles.

El Capitán Calles le comentó a Adolfo Wilhelmy que tenía la consigna de formar una colonia agrícola-militar en lo que era Puerto Isabel, localizado en la desembocadura del Río Colorado, y una Aduana y lo invitó a participar en la expedición otorgándole la consigna de preparar todo lo necesario para emprender el viaje hacia esta frontera.

El escritor Adolfo Wilhelmy acompañó al capitán Calles en la expedición a esta frontera / Cortesía | Juan Antonio Contreras

LLEGAN A PUERTO ISABEL

El 15 de abril por la mañana, el puerto de Guaymas despertó para ver entrar al majestuoso cañonero “Guerrero”, orgullo de la Marina mexicana, en el cual viajarían 442 personas, 8 caballos y 15 acémilas.

Los ingenieros agrónomos Soria, Felipe de la Garza, Betancourt y otro más, eran los responsables de trazar el fundo legal de la nueva colonia.

Con la estiba completa, contingente y familiares a bordo, el 26 de marzo de 1917, a las 8 de la noche, desatracó del muelle “La Ardilla”.

Luego de haber llegado el contingente se dieron cuenta que la vida en Puerto Isabel era imposible porque no había agua ni posibilidad de tenerla. La poca que había se mezclaba con la de mar, volviéndose salobre. Además abundaban los alacranes, víboras y otros animales endémicos de las zonas desérticas.

A pesar de lo inhóspito del terreno, instalaron el campamento formando tres

calles. Lugar al que bautizaron como “Puerto Edgardo”, en honor al hijo del capitán Calles.

Al día siguiente, dos jinetes que habían sido enviados a explorar, regresaron para informar que habían encontrado un lugar con agua y pasto en abundancia, era un rancho ganadero llamado “La Bolsa” a donde se trasladó todo el contingente.

Cañonero “General Guerrero” en el cual llegó a Puerto Isabel la tripulación que partió de Guaymas / Cortesía | Juan Antonio Contreras

Después de “La Bolsa”, tomarían el camino que los llevaría a la Colonia Lerdo. Pasaron por “La Salada”, Nochebuena, donde reabastecieron agua para recorrer un tramo solitario del desierto hasta llegar al antiguo cauce del Río Colorado, por ahí, llegaron a “Islita”, después, siguiendo el paredón por debajo hasta llegar al ejido “La Grulla” y luego al rancho San Luis (lo que ahora es la ciudad), donde encontraron un lugar con posibilidades de que la colonia prosperara, ya que esas tierras eran buenas para el cultivo de alimentos.

SE ESTABLECIERON EN EL RANCHO SAN LUIS

El rancho San Luis se integraba por cuatro casas, dos de ellas estaban en la falda del médano al borde de una ciénaga formada por los derrames residuales de los canales de irrigación del valle de Yuma que desembocaban en la línea internacional. Mientras que, al otro lado de la ciénaga, entre ésta y el río estaban las otras dos casas, una de éstas en territorio norteamericano.

En lo que llegaba la colonia, una avanzada se encargaba de desmontar el terreno donde estaba el cachanilla, para acondicionar el lugar donde se establecería la colonia.

Nivelado el terreno, se procedió a la división de las parcelas que les serían otorgadas a los colonos y así, el 21 de junio de 1917 habiendo repartido los terrenos y después de casi cuatro meses de éxodo, iniciaba operaciones la colonia agrícola-militar en el “rancho al borde de la línea”, junto al Monumento 204. Lo que ahora es San Luis Río Colorado.

San Luis Río Colorado “nació” de manera circunstancial, por mera obra de la naturaleza de la región, puesto que el plan original del capitán Carlos G. Calles era establecerse en Puerto Isabel, pero el clima, la falta de agua y lo salobre del lugar hacían imposible no sólo la agricultura sino la vida misma.

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Sin embargo, con determinación y optimismo, sin dejarse vencer y con la consigna de lograrlo o morir en el intento de formar una colonia agrícola-militar, trazó camino desde la boca del Río Colorado hasta llegar a los límites de la frontera junto al Monumento 204, ahí, encontró la “tierra prometida”.

Así lo dio a conocer el investigador e historiador, Juan Antonio Contreras Frías, quien añadió a esta información que Carlos G. Calles tras un sinfín de obstáculos tanto burocráticos como políticos y sociales, pudo lograr su cometido.

El capitán Calles fue humano, con virtudes y defectos, pero lo que hizo, darle vida al desierto, eso nadie se lo quita, destacó Contreras Frías.

“Cien años han pasado desde que alguien decidió sacar provecho de esta tierra y con certeza hoy sabemos, que apostó y ganó”, expresó el investigador.

HUERTA NOMBRA A CALLES JEFE DE LA EXPEDICIÓN

Contó que a principios de 1917 el 5 de febrero, Venustiano Carranza, recién había promulgado la nueva constitución política y aunque las revueltas revolucionarias continuaban en la nación, había una calma relativa.

En Hermosillo, Adolfo de la Huerta quien era el gobernador constitucional del estado de Sonora determinó formar una colonia agrícola militar en esta frontera en lo que ahora es San Luis Río Colorado, nombrando como jefe de expedición al capitán Carlos G. Calles.

Corría el mes de marzo y procedente del distrito sur de Baja California llegó a Empalme un joven escritor que respondía al nombre de Adolfo Wilhelmy quien tenía como objetivo conseguir trabajo en el ferrocarril Sud-pacífico.

Al pasar los días, Wilhelmy hizo algunas amistades con oficiales del estado mayor, entre los que se encontraba el capitán primero Carlos G. Calles, sobrino y jefe de la escolta especial de Don Plutarco Elías Calles.

El Capitán Calles le comentó a Adolfo Wilhelmy que tenía la consigna de formar una colonia agrícola-militar en lo que era Puerto Isabel, localizado en la desembocadura del Río Colorado, y una Aduana y lo invitó a participar en la expedición otorgándole la consigna de preparar todo lo necesario para emprender el viaje hacia esta frontera.

El escritor Adolfo Wilhelmy acompañó al capitán Calles en la expedición a esta frontera / Cortesía | Juan Antonio Contreras

LLEGAN A PUERTO ISABEL

El 15 de abril por la mañana, el puerto de Guaymas despertó para ver entrar al majestuoso cañonero “Guerrero”, orgullo de la Marina mexicana, en el cual viajarían 442 personas, 8 caballos y 15 acémilas.

Los ingenieros agrónomos Soria, Felipe de la Garza, Betancourt y otro más, eran los responsables de trazar el fundo legal de la nueva colonia.

Con la estiba completa, contingente y familiares a bordo, el 26 de marzo de 1917, a las 8 de la noche, desatracó del muelle “La Ardilla”.

Luego de haber llegado el contingente se dieron cuenta que la vida en Puerto Isabel era imposible porque no había agua ni posibilidad de tenerla. La poca que había se mezclaba con la de mar, volviéndose salobre. Además abundaban los alacranes, víboras y otros animales endémicos de las zonas desérticas.

A pesar de lo inhóspito del terreno, instalaron el campamento formando tres

calles. Lugar al que bautizaron como “Puerto Edgardo”, en honor al hijo del capitán Calles.

Al día siguiente, dos jinetes que habían sido enviados a explorar, regresaron para informar que habían encontrado un lugar con agua y pasto en abundancia, era un rancho ganadero llamado “La Bolsa” a donde se trasladó todo el contingente.

Cañonero “General Guerrero” en el cual llegó a Puerto Isabel la tripulación que partió de Guaymas / Cortesía | Juan Antonio Contreras

Después de “La Bolsa”, tomarían el camino que los llevaría a la Colonia Lerdo. Pasaron por “La Salada”, Nochebuena, donde reabastecieron agua para recorrer un tramo solitario del desierto hasta llegar al antiguo cauce del Río Colorado, por ahí, llegaron a “Islita”, después, siguiendo el paredón por debajo hasta llegar al ejido “La Grulla” y luego al rancho San Luis (lo que ahora es la ciudad), donde encontraron un lugar con posibilidades de que la colonia prosperara, ya que esas tierras eran buenas para el cultivo de alimentos.

SE ESTABLECIERON EN EL RANCHO SAN LUIS

El rancho San Luis se integraba por cuatro casas, dos de ellas estaban en la falda del médano al borde de una ciénaga formada por los derrames residuales de los canales de irrigación del valle de Yuma que desembocaban en la línea internacional. Mientras que, al otro lado de la ciénaga, entre ésta y el río estaban las otras dos casas, una de éstas en territorio norteamericano.

En lo que llegaba la colonia, una avanzada se encargaba de desmontar el terreno donde estaba el cachanilla, para acondicionar el lugar donde se establecería la colonia.

Nivelado el terreno, se procedió a la división de las parcelas que les serían otorgadas a los colonos y así, el 21 de junio de 1917 habiendo repartido los terrenos y después de casi cuatro meses de éxodo, iniciaba operaciones la colonia agrícola-militar en el “rancho al borde de la línea”, junto al Monumento 204. Lo que ahora es San Luis Río Colorado.

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