Aunque las copas menstruales se crearon a finales de 1930, fue hasta la década de los 90's cuando se empezaron a popularizar y actualmente cada vez son más las mujeres que las utilizan, convencidas de que es un instrumento cómodo y funcional.
De acuerdo a lo informado por Angie Macén, quién hace 3 años emprendió un negocio de venta de copas menstruales, la primera copa menstrual patentada se fabricó en 1937 por la estadounidense Leona Chalmers.
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Angie Macén indicó que fue a partir de 1990 cuando se notó que una mayor cantidad de marcas comerciales se interesaron por elaborarlas, lo que originó que más mujeres tuvieran acceso a estas, percatándose de que es fácil, seguro y cómodo usarlas para retener el flujo menstrual.
Además, el material con el que ahora se fabrican es silicón de grado médico, el cual no causa afectaciones en la piel.
La emprendedora explicó que las copas menstruales son reutilizables y tienen una duración de entre 4 y 10 años.
Angie Macén señaló que durante los 3 años que lleva dedicada a la venta de copas menstruales se ha dado a la tarea de investigar todo lo relacionado a este producto, con la finalidad de trasmitir esta información a las mujeres sanluisinas, sobre todo, a sus clientas.
Agregó que, en un principio, había pocas marcas que hacían copas menstruales, sin embargo, con el paso del tiempo ha aumentado el número de empresas interesadas tanto en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.
Muchas mujeres prefieren usar copas menstruales porque son reutilizables, puedes usar la misma hasta por diez años y eso es una gran ventaja, además de que evitas comprar toallas desechables como antes
RECOMENDACIONES DE USO
Sobre la copa menstrual dijo que es un pequeño recipiente higiénico, reutilizable, de silicón de grado médico que se introduce dentro de la vagina y se debe retirar en un tiempo máximo de 12 horas para tirar la sangre acumulada, lavarlo con jabón neutro y agua para volverlo a introducir. Al inicio de cada periodo menstrual, se debe esterilizar sumergiéndolo en agua hirviendo.
Angie Macén refirió que la copa menstrual, al contrario de los tampones, no produce el llamado “shock” tóxico por contaminación, ya que al ser un material de silicón de grado médico no produce bacterias; la sangre se mantiene fresca y nunca genera malos olores ni irritaciones.
Es fácil introducir la copa menstrual en la vagina porque son de un material muy blando. Cuando está adentro crea un sellado en la cavidad vaginal que hace que permanezca bien sujetada para evitar que la sangre se derrame y se oxide y por eso, no se producen malos olores.
Recomendó que a la hora de elegir las copas menstruales es importante verificar que estén certificadas y aprobadas por la agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) del Gobierno de los Estados Unidos.
Para finalizar, Angie Macén destacó que la mayoría de sus clientas tienen entre 14 y 45 años de edad y reconoció que cada vez son más las sanluisinas que optan por usar copas menstruales.
Para contactar a Angie Macén se debe ingresar al Facebook: Copita Sangrienta.