Al perder el sentido de la vista, el señor Rodrigo Rojas Núñez se vio en la necesidad de aprender un oficio que le ayude a obtener recursos económicos para solventar los gastos de su casa, por lo que ahora se dedica a elaborar artículos de limpieza para el hogar.

Hace 9 años, Rodrigo quedó ciego a causa de la diabetes. “Un día dejé de ver. Así nada más, de pronto ya no veía nada. Me quedé en shock. Estuve un año en depresión, dejé de trabajar, me sentía un inútil, pero gracias a mi madre que me animó pude levantarme de la cama y salir de mi casa. En ese tiempo me puse a vender paletas dulces en el centro. Así empecé de nuevo”.

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Antes de perder la vista, Rodrigo trabajaba como albañil y carpintero en el poblado Estación Delta del valle de Mexicali, Baja California y meses después se vino a vivir a San Luis Río Colorado, Sonora.

Recordó que cuando se desempeñaba como trabajador de la construcción y carpintero, también recolectaba cartón y otros materiales de reciclaje para venderlos en empresas recicladoras y obtener ingresos económicos para cubrir sus gastos.

APRENDIÓ EN GRUPO DE INVIDENTES

Al llegar a esta ciudad se integró a un grupo de apoyo para invidentes en donde aprendió a hacer trapeadores, recogedores de lámina y productos como suavizante de telas, aromatizantes ambientales para casa y autos, cloro, desengrasante y jabón líquido multiusos.

Con esfuerzo y un poco de inversión, Rodrigo pudo adquirir la herramienta necesaria para instalar en casa un pequeño taller y desde ahí trabajar haciendo este tipo de artículos, los cuales, en un principio, comercializaba en diferentes espacios de la vía pública como el tianguis que se ubica a un costado del Bosque de la Ciudad, al cual ya no asiste.

Rodrigo contó que tras la ceguera aprendió a trasladarse solo de un lado a otro, ya sea tomando “taxi” o en “pesera”. “Cuando salgo a la calle a vender me voy en una pesera. Me ayudo con el bastón para ubicarme”.

Dijo que le gusta compartir sus conocimientos con otras personas ciegas, por lo que, en ocasiones, ha enseñado a sus compañeros invidentes a fabricar trapeadores, recogedores y productos de limpieza para la casa, pues considera que es importante apoyarse entre sí para permitir que todos salgan adelante.

Las personas que acudían al tianguis del Bosque de la Ciudad ya identificaban a Rodrigo Rojas quien al pasar de los clientes gritaba: “Son de algodón y no se comen” y “Cambie a su vieja… escoba, por una nueva”, lo cual causaba gracia entre la población.

Rodrigo externó ser creyente de Dios pues destacó que “Dios es quien nos da todo. Sin Dios no estamos bendecidos. Él es el dador de la vida, él es quién nos mueve”.

Para finalizar, Rodrigo Rojas mencionó que las personas interesadas en adquirir sus productos pueden comunicarse al número de teléfono 653-1602024 o acudir a su domicilio de la avenida Petunias B entre las calles 32 y 33.