Hace 50 años Rita Cristerna se dedica a elaborar pan casero para ofrecerlo en venta y así contribuir con la economía de su hogar que asentó en esta ciudad en 1999.
Recordó que hace 22 años llegó a San Luis Río Colorado procedente de Sinaloa, acompañada por su esposo y tres de sus cinco hijos, con la ilusión y esperanza de que aquí, en la frontera, tendrían un mejor porvenir.
La mujer de 73 años platicó que un día tomaron la decisión de salir del rancho Tecomate de la Noria, en Mazatlán, donde tenían su casa y ella se dedicaba a atender el hogar y hacer pan y tamales para vender, mientras su esposo era agricultor y sembraba maíz, frijol y otros granos. Sin embargo, la economía familiar no era buena, por lo que se vieron obligados a cambiar de lugar de residencia.
Contó que durante 30 años ella sola hizo el pan, utilizando un horno de leña y amasaba grandes cantidades de harina, pero de un tiempo para acá su hija Silvia Balderas le ayuda y ahora ambas están a cargo de la panadería.
Cuando doña Rita llegó a esta frontera siguió elaborando artesanalmente pan y tamales y todas las tardes salía a recorrer las calles de su colonia en busca de clientes pues deseaba regresar a casa con dinero para cubrir las necesidades básicas.
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ORGULLO SER PANADERA
Silvia Balderas Cristerna dijo que, aunque desde niña miraba a su mamá hacer pan, su interés por aprender este oficio surgió años más tarde a manera de auxiliarla porque observaba cómo batallaba para cargar leña, prender el horno y amasar muchos kilos de harina.
Entre los panes que cocinan Silvia nombró las empanadas rellenas de piña, calabaza y queso crema, además de cemitas y pan de piloncillo, entre otros con un sabor especial por ser preparados en casa.
Los días que tiene pan recién horneado son los martes, viernes y domingos, por lo que a partir de las 16:00 horas la gente puede visitar el domicilio particular de Rita Cristerna de callejón Lázaro Cárdenas, entre calles 35 y 36.
Silvia señaló que actualmente cuentan con una máquina para mezclar la harina con otros ingredientes y también adquirieron un horno de gas para que doña Rita no se canse tanto como años atrás, cuando amasaba a mano.
Otro avance importante de este negocio familiar es la construcción que llevan a cabo de una cocina equipada que utilizarán exclusivamente para hacer el pan.
“Por fin vamos a tener nuestra propia cocina. Invertimos dinero del mismo negocio y pedimos un préstamo. Ahora sí mi mamá estará más cómoda”.
Por último, Silvia destacó que para ella es un orgullo poder conservar la tradición de su señora madre de hacer pan casero y ayudarla en este oficio que ha venido desempeñando con tanta pasión y entrega hace medio siglo.
ENDULZA LAS VIDAS
Rita Cristerna confesó que hacer pan es una actividad que disfruta porque le gusta endulzar la vida de sus clientes que cada tarde llegan a su casa en busca del postre que acompañan con alguna bebida