Rigoberto López de 55 años de edad originario de Estado de Jalisco, comenta que su hija y empleados forman parte de su equipo de trabajo en su puesto de hot dog.
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‘En mi negocio tengo aproximadamente 27 años trabajando aquí en este lugar, pero antes yo era empleado durante nueve años, de ahí el mismo patrón me vendió el negocio y yo me quede, lo he sacado adelante, manteniendo el precio más bajo, para tener a la gente con nosotros, y todo lo hacemos lo mejor que se puede.”
“La razón de vender hot dogs, es para cubrir la necesidad de ganar dinero, de seguir adelante, yo trabajaba en la cebolla en el campo, en el amarre de cebollín, luego decidí buscar un trabajo, porque lo ocupaba, después me encontré este local donde puedo trabajar de noche aquí y de día allá en el campo”.
“Entonces cuando mire la posibilidad de que mi patrón me lo vendiera, yo deje el trabajo de campo, ya mejor me dedique a este negocio, todo comenzó por la necesidad, además también había trabajado vendiendo hot dog en el kilómetro 57, con un patrón que tenía también otro puesto en el kilómetro 43, él fue quien me enseñó este trabajo, y todo eso me motivó”.
“Ahora el local lo está trabajando unos empleados y mi hija, son los que me apoyan para que crezcan más”.
Declaró que el horario de trabajo es de todos los días, desde las cinco y media de la tarde a doce de la noche.
Rigoberto finalmente dijo quienes desean probar su productos, pueden acudir a la Avenida Madero y calle Segunda, donde con gusto los atenderá.