Cada mañana, desde hace 20 años, Jesús Torres emprendía un nuevo día en el que solo pensaba en la manera de producir y vender las mejores paletas, bolis y nieves en San Luis Río Colorado, sobre todo durante la temporada de verano en la que usualmente se registra una temperatura que asciende hasta los 45 grados centígrados o más; sin embargo, actualmente atraviesa por momentos difíciles pues la contingencia sanitaria ha logrado ahuyentar a cientos de sus clientes, siendo éste el año más difícil que ha tenido su negocio.
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Nacido en esta ciudad fronteriza, pero de familia originaria de Mexticacán, Jalisco, ciudad bautizada popularmente como “la cuna de la paleta”, puso a prueba sus capacidades y logró ahorrar lo suficiente como para empezar con los primeros productos, como la tradicional paleta de hielo y bolis, para luego instalar su punto de venta sobre la avenida Guerrero entre las calles 9 y 10.
“Somos un negocio familiar que tiene presencia en toda la República; todos mis hermanos han tenido paleterías en todo el país y desde que era pequeño siempre quise poner una, pero en toda mi vida nunca nos había pasado por algo así. Es muy duro todo esto”.
AUSENCIA DE PALETEROS
Otro de los efectos negativos que ha generado esta pandemia es la suspensión de empleos, como es el caso de los paleteros ambulantes, personas que usualmente se les veía en “horas pico”, de calle en calle, ofreciendo el refrescante producto; pregonando la variedad tanto de sabores como de presentaciones y atrayendo la atención con campanadas.
No obstante, Torres dijo que dicha venta tan solo aportaba poco más del 10% de las ganancias totales, pues la mayoría se obtenía directamente con el cliente en su establecimiento, pero era una actividad con la que las personas, sobre todo de la tercera edad, podían encontrar el sustento diario.
En ese sentido, dijo que en comparación a las ventas realizadas cada año tan solo ha logrado acumular menos del 20% en ganancias, cuando normalmente eran los meses de calor cuando “levantaba” mucho el negocio, con la presencia de personal dentro del establecimiento, así como el alto flujo de clientes que hoy ya no se percibe debido al Covid-19.
“No hay ahorita, por lo menos de mi parte, solicitud de paleteros; tenía varios que duraron años conmigo, pero ahora no pueden llevarse un carrito de Helados Arizona porque son adultos mayores o tienen problemas de salud. En este momento hay uno que no ha logrado conseguir empleo, pero recibe apoyo de su familia del `otro lado´. Los demás sé que ya consiguieron otros trabajos, pero yo no los puedo arriesgar, aunque esta haya sido su única fuente de ingreso”.
SE MANTIENE OPTIMISTA
A pesar de todo, Jesús se mantiene optimista al acatar las recomendaciones emitidas por la Secretaría de Salud, pues busca para él y su familia una “nueva normalidad” en la que puedan salir adelante.
“Puse una barrera de plástico, por ahí le doy el producto a mis clientes, para que se sientan seguros de que hacemos todo como debe ser, bien desinfectado y todo”.
PALETAS, BOLIS Y NIEVES
El negocio inició en la avenida Guerrero y calle 9 como un proyecto familiar y se ha mantenido durante más de dos décadas.
SABOR “PICO DE GALLO”
Es una paleta cuyos ingredientes son agua con chile, chamoy y limón, así como diversas frutas, siendo ésta la más vendida.
Nieve de galleta o nutella, bolis de leche, paleta de pico de gallo, entre otras curiosidades, son las que se venden en dicho negocio sin dejar de lado sabores tradicionales como limón, mango, fresa, crema con dulce de guayaba, entre muchos otros.
