En lo que va del sexenio, México ha experimentado por lo menos cinco reformas en materia laboral, de ahí que se considera que antes de impulsar nuevas enmiendas, es necesario consolidar los cambios ya aprobados en materia de subcontratación, pensiones, salario mínimo, vacaciones dignas y justicia laboral, puesto que todas impactan en la operación de las empresas.
El dirigente local de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Erick Merino Payán, informó que, ante el impulso de una nueva modificación que pretende disminuir de 48 a 40 horas la jornada laboral semanal, ésta no cuenta con una reflexión profunda ni incorpora la voz e inquietudes de todos los sectores.
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“Insistimos en que, para dar pasos firmes hacia una cultura de respeto total de los derechos humanos de los colaboradores, antes de pensar en reformas que afectan la duración de las jornadas, se debe permitir que las 5 enmiendas previas se consoliden a través de su adaptación progresiva en la empresa, para que los beneficios de estas permeen”.
Agregó que es fundamental que se tomen en cuenta las delicadas condiciones económicas que por factores internos y externos atraviesa el país, como son, una posible recesión en la economía de los Estados Unidos, los aumentos en las tasas de interés y las bajas expectativas de crecimiento.
Dijo que el golpe económico de esta medida puede ser severo y devastador no sólo para las empresas, que tendrían que destinar más recursos a la contratación de personal y/o el pago de horas extras, sino que, en la práctica, podría no implicar mayor descanso para los trabajadores.
Es importante mencionar que la medida también impactará los precios de los bienes y servicios, propiciando mayor inflación y que los montos que las familias actualmente destinan para alimentación, salud, educación y esparcimiento, entre otros, eventualmente se incrementarían por el aumento en costos laborales.
De aprobarse la reducción de la jornada laboral, ésta podría afectar el costo laboral de los 14.3 millones de trabajadores formales asalariados que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe) del Inegi, trabajan más de 40 horas a la semana.
Este mismo concepto aumentará para los 8.5 millones de trabajadores que laboran los sábados, a quienes la reforma contempla que se les deberá de pagar una prima sabatina, lo que podría ocasionar que este grupo de colaboradores vean reducidos sus ingresos.
Comentó que, la reforma, genera incentivos negativos, como desalentar la contratación de nuevo personal e incluso fomentaría la informalidad.
La posible aprobación de esta reforma, en un próximo periodo de sesiones, es preocupante, pues pone en riesgo a las empresas, especialmente a las micro y pequeñas, que han hecho un gran esfuerzo por impulsar la formalidad y por atender las disposiciones previas que representan un importante aumento en los costos laborales.