Para perseguir el sueño de convertirse en profesora, Ramona Rodríguez Zárate salió de la casa de sus padres en Guaymas a los 15 años de edad para irse a estudiar a Hermosillo, venciendo el miedo y la incertidumbre que le provocaba estar lejos de su familia, pero convencida de que lograría su meta.
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Ahora, luego de 39 años de servicio dentro del magisterio, está convencida de que valió la pena enfrentar esos sentimientos, pues el trabajo docente le ha permitido crecer y desarrollarse personal y profesionalmente.
Ramona Rodríguez al egresar de la secundaria tomó la decisión de inscribirse a la Escuela Normal del Estado de Sonora, ubicada en la capital de esta entidad, para cursar la carrera de profesora de educación primaria, la cual se impartía a la par del bachillerato.
Recordó que, al informar a sus padres de sus intenciones de estudiar fuera del municipio donde residían, le ofrecieron todo su apoyo y, aunque la situación económica de la familia no era muy solvente, la alentaron para que se preparara para afrontar los retos de la vida.
Ramona Rodríguez reconoció que fue muy valiente al emprender el viaje a Hermosillo, una ciudad que era totalmente desconocida para ella. Sin embargo, al poco tiempo pudo adaptarse e hizo amistades que hasta la fecha conserva.
“En aquellos años, eran pocos los jóvenes que tenían la oportunidad de seguir estudiando. La mayoría solo terminaba la secundaria y algunos una carrera técnica. En mi casa la economía familiar no era muy buena, pero gracias a Dios pude estudiar”, externó.
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Su madre, la señora Maura, se dedicaba al hogar y su padre, el señor José, desempeñaba el trabajo de estibador portuario. Ella es la menor de 6 hermanos (4 mujeres y 2 hombres).
LOGROS OBTENIDOS DENTRO DE LA DOCENCIA
Fue en 1978 cuando ingresó a la Escuela Normal del Estado de Sonora, donde resultó una de las 120 seleccionadas de un grupo de alrededor de 2 mil aspirantes a ingresar a la carrera de profesor de educación primaria.
“Cuando recibí la noticia de que había sido seleccionada, me puse muy contenta porque me gustaba mucho estudiar y hasta la fecha”, señaló.
Al egresar, en 1982, surgió la oportunidad de impartir clases en preescolar, por lo que fue asignada a un jardín de niños de Guaymas y al estar frente al grupo de alumnos, reiteró que la docencia es su verdadera vocación y pasión.
Por lo anterior, deseó dar continuidad a la capacitación profesional, ingresando a la licenciatura en psicología educativa en la Escuela Normal Superior de Nayarit, a donde viajó durante 6 veranos.
Posteriormente, de 1995 a 1997, cursó la maestría en pedagogía y del 2000 a 2003 el doctorado en educación.
La maestra Ramona Rodríguez llegó a San Luis Río Colorado en 1999 como directora de una Unidad de Apoyo a la Educación Regular (USAER) y luego asumió la dirección del Centro de Atención Múltiple (CAM) número 10.
En 2015 presentó el examen de oposición para contender por una supervisión de educación especial, en el cual se ubicó en el primer lugar por el puntaje obtenido, lo que le permitió seleccionar la supervisión de educación especial de San Luis Río Colorado para continuar con el gran legado que dejó el profesor Carlos Moreno Vásquez, a quien consideró “su maestro”.
La docencia ha significado para Ramona Rodríguez un cúmulo de experiencias y satisfacciones a lo largo de 39 años, una de las principales es trabajar con alumnos de educación especial, de quienes ha aprendido a esforzarse para lograr los propósitos, a ser perseverante y a no guardar rencores.