Originarios de Choix, Sinaloa, fariseos vistos en distintos puntos de la ciudad, como cruces peatonales o avenidas principales, explicaron un poco acerca de esta antigua tradición en la que participan no solo ellos, sino miles más en otros municipios de Sonora y su estado natal.
Juan, líder de los grupos asentados en esta localidad, mencionó que vienen cada cuaresma para preservar su identidad, como una manda que consta de danzar y hacer una gran fiesta en su iglesia, para después ser bautizados, como acto de purificación de sus almas, dando inicio a una gran verbena junto a sus familias.
“Ahora somos unos 30 yaquis. Siempre que venimos, danzamos nuestra música y pedimos dinero para cooperar para la gran fiesta que nos espera en la iglesia de San Ignacio de Loyola. Así nos enseñaron desde chicos, yo tengo como unos 10 años que hago esto, pero hay otros que apenas van empezando. Se quema la máscara en una fogata, pues tipifica al diablo. Con esto nos purificamos.”
No son los únicos
El año pasado, fariseos provenientes de Sinaloa reunieron 40 mil pesos, hablando solo de los que vinieron a San Luis Río Colorado, cifra que se suma a la cantidad que recaudan aproximadamente 5 mil judíos más distribuidos en los estados de Sonora y Sinaloa. “Parte de ese dinero que pedimos lo usamos para el diario vivir, hasta que no vamos.”
La fecha que tienen para regresarse a su pueblo es el 15 de abril, día límite para todos aquellos que participaron en ciudades como San Miguel, Los Mochis, Mochicahui, El Fuerte, Pueblo de Baca, Choix, sin dejar de lado los de Hermosillo, Cajeme, Navojoa y Huatabampo, por mencionar algunos municipios de donde provienen y en donde les esperan sus familias después de cuarenta días sin verlos.