Desde hace tres años la venta de productos del mar ha caído un 30 por ciento en promedio, por ello comerciantes del Golfo de Santa Clara están preocupados por la situación.
El comerciante Francisco Granado informó que, desde la pandemia hasta la fecha, ha notado un descenso en las ventas del producto y eso ha sido porque no hay trabajo en Estados Unidos, que ayude a que la gente pueda comprar su mercancía, como antes lo hacía.
“Lo que pasa es que no ha habido mucho trabajo en Estados Unidos, eso no permite que los consumidores puedan adquirir el producto en las tiendas y, a su vez, los comerciantes de San Luis no nos compran a nosotros”, expuso.
Externó que se supone que esta temporada de cuaresma debería ser buena para los comerciantes de mariscos, pero no ha sido así, aunque hay una mejoría, pero no como en otros años. Asimismo, expresó que tiene que ver que la religiosidad de la gente ya no es igual, porque los jóvenes ya no respetan la tradición de consumir marisco en cuaresma; si la respetaran, sería un panorama muy diferente.
Comentó que, en comparación con otros años, la venta del producto ha bajado entre un 30 a 35 por ciento, esto de las cuaresmas anteriores a las actuales.
“Yo me dedico a la pescadería y al marisco comestible, este año sí ha habido una baja, en cuestión de venta de marisco, el año pasado estuvo más o menos, pero éste ha estado más complicado”, precisó.
Indicó que, incluso, en precio del producto, estuvo mejor el precio el año anterior para el pescador, que éste, ahorita está muy bajo, porque no hay demanda. Por su parte, el comerciante Enrique Pérez Tapia reveló que cuando viene a San Luis a distribuir su producto, se acomoda en el mercado local.
“Estamos hablando de cazón, manta, camarón, aunque de éste último la venta no ha sido muy buena, está muy calmada”, manifestó.
Indicó que, a pesar de que es temporada de cuaresma los compradores de su producto, no adquieren la mercancía, aducen que hay poca venta de la misma.
Además, dijo que la frecuencia con la que se vende el producto ha disminuido, puesto que es cada dos a tres semanas, cuando antes era prácticamente todos los días.
“Pienso que del Covid a la fecha se ha visto afectado, tal vez un 20 por ciento; sí me piden mercancía, pero tardan en solicitarme que les surta de nuevo”, finalizó.