El verano es la temporada del año más difícil para las personas que recolectan desechos del relleno sanitario, sobre todo, en una ciudad como San Luis Río Colorado donde las temperaturas climáticas se aproximan a los 50 grados centígrados.
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María Isabel Alvarado Huescas, es una mujer que hace 11 años tomó la decisión de acudir al “basurero” en busca de materiales y objetos de reciclaje para vender y obtener dinero para sacar adelante a sus dos hijos que en ese tiempo tenían 11 y 7 años.
Para María Isabel son limitadas las opciones de trabajo, ya que solamente cuenta con el certificado de educación primaria pues debido a dificultades económicas en su familia, durante su niñez y adolescencia no tuvo la oportunidad de seguir estudiando.
“Cuando mis hijos eran chicos no tenía dónde dejarlos. No había quien me los cuidara, por eso tuve que ir al basurero a buscar la vida. A buscar el sustento para mantenerlos”, externó.
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La señora Alvarado comentó que esta labor le permitía organizar su tiempo, es decir, trabajar sin descuidar a sus hijos, ya que en la pepena de basura ella es su propio patrón.
“Antes me llevaba a mis hijos al basurero. Ahí me esperaban mientras yo trabajaba, pero luego el DIF prohibió que ellos, los niños, estuvieran en ese lugar. Ahorita ya crecieron, gracias a Dios”, destacó.
Lo que María Isabel recolecta en el relleno sanitario son, principalmente, botellas de plástico, cartón, fierro y aluminio, los cuales vende en empresas de reciclaje y de ahí obtiene recursos económicos para solventar los gastos de su hogar.
En días buenos gana hasta 400 pesos por jornada de trabajo, aunque en ocasiones solo obtiene alrededor de 200.
La madre de familia llega al relleno sanitario a las 9:00 de la mañana y se retira a las 10:00 de la noche. Aunque en ese lapso de tiempo toma descansos colocándose bajo una sombra en donde ingiere agua natural y se moja la ropa para refrescarse.
A manera de rutina, al arribar al “basurero” se coloca un sombrero para protegerse de los intensos rayos del sol. Además, para vestir utiliza ropa de manga larga de colores claros.
“Este trabajo es muy pesado. Tengo compañeros de la tercera edad que se han sentido mal por el calor. Los he llevado al hospital porque se deshidratan, pero qué le vamos hacer. Tenemos que trabajar”, apuntó.