El señor Pedro Raygoza Ramos, desde hace 42 años se dedica a elaborar lápidas y capillas funerarias, un oficio que aprendió de su padre cuando era niño, ya que proviene de una familia dedicada a este trabajo artesanal.
“Cuando tenía 9 años empecé a ayudar a mi padre en el negocio de lápidas que tenía aquí en San Luis. Mi padre aprendió este trabajo cuando vivía en Tequila, Jalisco. Allá, mi abuelo y algunos de mis tíos se dedicaban a hacer lápidas y capillas”, externó.
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Años después, el papá de Pedro se vino a vivir a San Luis Río Colorado donde continuó llevando a cabo este oficio que viene realizando la familia Raygoza de generación en generación, tomando en cuenta la importancia de conservar una tradición mexicana y contribuir a que el espacio en el panteón donde descansan los difuntos luzca bonito.
A los 9 años, Pedro Raygoza ayudaba a su papá a limpiar el terreno en el cual tenía su negocio, luego se involucró en el trazo de los moldes y así, poco a poco fue aprendiendo esta labor hasta llegar a hacer lápidas y capillas completas.
Dijo que, en este negocio, se debe tener respeto a los clientes, sobre todo, porque al acudir a solicitar una lápida o capilla para sus seres queridos que fallecieron, vienen con los sentimientos a flor de piel, llegan muy sensibles.
Pedro Raygoza consideró que las nuevas generaciones no están interesadas en trabajar en la elaboración de estos accesorios, pues no es un trabajo fácil ya que requiere dedicación y, por lo general, se hace al aire libre, sin aparatos de aire acondicionado que ayuden a soportar el intenso calor durante el verano.
Algunos de los materiales más utilizados en la fabricación de lápidas y capillas son el granito triturado, cemento blanco, yeso, tablaroca, colores, entre otros que sirven para hacer las bases que se colocan sobre las tumbas y a las cuales se les puede incluir, de acuerdo al gusto del cliente, floreros, nichos y una cruz.
Pedro Raygoza resaltó que el tiempo que se invierte a la hora de crear una lápida funeraria de tamaño mediano, que es la que comúnmente le piden, es de alrededor de 15 días y en las grandes hasta 60 días.
Los precios de las lápidas medianas oscilan en los 9 mil pesos. Aunque destacó que el precio depende del tamaño, los detalles y el tipo de material con que se elabore.
“A mí desde niño me gustó mucho este trabajo. Tiene que gustarte mucho porque no es un trabajo fácil. Estoy muy agradecido con mi padre porque ésta es la herencia que me dejó y de aquí he podido sacar adelante a mi familia”.
Comentó que, en el marco de la celebración del Día de Muertos, 2 de noviembre, los familiares de los fieles difuntos mandan a hacer lápidas y capillas para colocarlas en esta fecha sobre las tumbas y lograr que estas luzcan más bonitas.
“El Día de Muertos es una de las fechas en que aumenta la demanda de lápidas. Aunque con la pandemia también se nos incrementaron las ventas”.
Para finalizar, Pedro Raygoza señaló que las personas interesadas en conocer el trabajo que realizan pueden visitarlo en la avenida Kino entre las calles 33 y 34, todos los días de la semana de las 9:00 a las 18:00 horas.