Descuidan los comercios sanluisinos el área de atención a clientes, debido a que la ven como un gasto y no como la inversión que permite que el cliente se sienta escuchado, atendido y respetado.
Así coincidieron la licenciada en educación Lupita Gallardo Romero, especialista en Relaciones Públicas y Mercadotécnica, así como el chef Francisco Chávez Flores, propietario de restaurante, ambos consideraron que es primordial la calidad en la atención como parte inherente en un servicio.
FALTA DEPARTAMENTO
Debido a que muchas empresas ven un gasto preparar al personal para atender a los clientes y darles calidad, no cuentan con departamentos especializados, lo cual es un grave error.
“El empresario y comerciante debe entender que nuestros trabajadores son nuestros primeros clientes, es indispensable para operar este servicio tener empleados empoderados, que cuenten con las herramientas para resolver satisfactoriamente una queja presentada por un cliente”, dijo Gallardo Romero.
Indicó que muchos proveedores no escuchan a su cliente, no lo ven a los ojos, no son claros, se distraen con sus celulares, todo ello dificulta el proceso de comunicación y entendimiento.
Un departamento de atención al cliente debe tener empleados que sean capaces de resolver con habilidad el problema que plantea la persona con la técnica “ganar, ganar”, donde el comprador se vaya satisfecho y la empresa no pierda.
“Hoy en día, con las redes sociales, un comprador puede destrozar un negocio, por eso es tan importante que tengamos empleados empoderados y sagaces”, dijo.
Indicó que técnicas como: Tómatelo en serio, Sé humano, Escucha con atención, Pide disculpas, Comunica, Sé positivo y Resuélvele son indispensables para lograr mejores resultados.
“Vale mucho la pena invertir en un área de atención al cliente para mejorar la calidad en el servicio, sólo falta que el patrón lo entienda”, finalizó.
Por su parte Chávez Flores, propietario de uno de los pocos negocios que manejan políticas de atención al cliente, comentó que deben normarse los criterios que permitan al Municipio venderse en conjunto.
“La competencia es hacía fuera, es Mexicali y Yuma, tenemos que buscar cómo ganarles a los visitantes, de que sirve que un solo negocio brinde buena calidad al cliente sí el resto no lo hace, por uno la pagamos todos; los médicos no pueden solos traer al turismo”, consideró.
El chef comentó que por eso la importancia de que exista una estancia rectora para organizar a todos los comercios y entregar distintivos a los establecimientos que cumplan con este criterio.
“Un curso de servicio al cliente cuesta alrededor de 30 mil pesos, pero en este espacio pueden integrarse 100 o más personas, con ello el costo sería bajo, una vez normando las reglas de atención, vendrán más visitantes, porque un negocio puede vender sólo con un buen servicio”, opinó.
REGIR
Una estancia rectora de las cualidades que debe tener un negocio es indispensable a fin de generalizar los criterios de atención y entregar distintivos que diferencien a cada lugar.
30 Mil pesos cuesta aproximadamente un curso de calidad en el servicio al cliente.