“Frente a lo que tenemos que asumir por cuidarnos en tiempo de pandemia, podemos tener dos posibilidades: la actitud de queja amarga que todo lo ensombrece o la actitud combativa que frente a la dificultad encuentra motivos para luchar y ayudar a crecer a los otros”, fueron las palabras que el Obispo José Isidro Guerrero Macías, representante de la Diócesis de Mexicali, dispuso en un comunicado, como parte de su mensaje dentro del marco de celebración de la Navidad y el Año Nuevo.
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Lo anterior, enfocado a seminaristas que se guardarán y fomentarán un tiempo en familia en plenas fiestas decembrinas; sin embargo, su mensaje evoca a la reflexión y busca generar un impacto positivo en la comunidad, mediante los seres queridos de estos hombres de la fe.
“Pido a Dios la gracia de que este tiempo de Navidad y Año Nuevo sea ocasión de que cada uno de ustedes, pos su testimonio, hagan sentir Su presencia en medio de los suyos”, dijo y agregó tres deseos para dichas festividades.
El primero de estos, pronunció, es que vivan la experiencia del “Emmanuel”, es decir, de “Dios con nosotros”.
“Cristo ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Su presencia en medio de nosotros, se hace más sentida, cuando nos damos tiempos para estar con Él, cuando destinamos ratos de oración”, dijo y llamó a ser audaces y creativos, en el sentido de buscar la forma y el momento para poder hacerlo.
Asimismo, pidió que “vivan una Navidad de alta calidad y calidez familiar”, para lo cual exhortó a manifestar aprecio y cuidados.
“Recuerden que en su casa, cada uno de los miembros de la familia, son personas, y no cualquier tipo de personas, sino aquellas que Dios ha tenido a bien darles en regalo. (…) Aprovechen esta Navidad para revalorar y apreciar a los suyos: papá, mamá, hermanos, parientes y amigos”.
Por último, pidió que “crezcan en la circunstancia difícil”, en alusión a la situación actual por la crisis sanitaria derivada del Covid-19, invitando a los fieles a mantener la mejor de las actitudes, con motivos “para luchar”, siendo combativos.
“No dejen que esto les robe la alegría. (...) Por favor, asegúrenles que yo, su Obispo, oro por ellos. Espero que ustedes y sus familias también recen por mí”, finalizó.