A pesar de su discapacidad visual, la cual tiene desde los dos años de edad, provocada por una enfermedad (Sarampión), J. Guadalupe Mijares, camina por las calles con su armónica regalando algunas melodías.
Apoyado de su bastón el cual aprendió a usar cuando apenas era un niño, va de calle en calle, tocando la armónica, con un vaso en la mano en donde algunas personas que van de paso, depositan algunas monedas con la intención de apoyarlo.
“Yo lo que hago es que tocó melodías y yo no estoy pidiendo con la voz ni con la mano estirada yo nomás tengo el botecito así en la mano y la persona que le nace de corazón regalarme una moneda pues me la regala y si no pues yo ni cuenta me doy, como no veo pues no me doy cuenta quien me da y quien no me da”.
La actividad que realiza, es para reunir recursos para sus gastos diarios, entre los que se encuentra el pago de servicios, pero también su alimento y medicinas.
“Yo lo que estoy haciendo es para obtener un recurso para subsistir, ya que la gente amablemente me regala me sirve para pagar mi luz, mi agua, mi transporte, mi medicina, mi alimentación, en fin, con lo que la gente me apoya, me ayudo para vivir”.
Cuenta que a los 25 años, le dieron una esperanza de volver a ver por lo que lo operaron de un ojo, para el que le donaron una córnea, sin embargo la operación no dio resultado y solo puede ver el 1 por ciento.
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“Me operaron este ojo con un trasplante de córnea a la edad de 25 años, pero desafortunadamente no se concretó, pero yo digo una cosa, hay que sobreponernos a la adversidad, gracias a Dios tengo 58 años y gracias a Dios aquí ando caminando”.
Perder el sentido de la vista le ha agudizado otros, como el oído, por lo que fácilmente, puede interpretar una melodía con su armónica, también le ha agudizado el sentido del tacto, pero desafortunadamente utiliza un audífono en el oído izquierdo pues casi no escucha.
Guadalupe anda solo por las calles de esta ciudad y cuenta que lo ha hecho desde que tiene cinco años, por lo que no le da temor andar sin compañía, por el contrario, sale cada día a buscar nuevas oportunidades para salir adelante.
“Yo ando solo en las calles desde que tengo cinco años, ahora sí que fui niño de la calle, adolescente de la calle, joven de la calle y ahora ya casi un anciano de la calle”.
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Pide a la ciudadanía que se concienticen en apoyar a las personas invidentes los cuales lanzan algunas señales con su bastón para pedir ayuda.
“Es muy importante que la gente sepa cómo ayudarnos, hay señales que enviamos con el bastón, como ponerlo recto hacia el frente que significa que estamos pidiendo apoyo para cruzar la calle”.