Desde temprano llega a la Plaza Benito Juárez, extiende una mesa y un par de sillas, saca sus tijeras, su máquina para cortar cabello, peines, gel y talco, después, se pone su bata y con ánimo comienza su día; es la historia de don Cleofilo Salazar, un talentoso peluquero de antaño dedicado a hacer cortes gratuitos de pelo.
Hasta las manos de don Cleofilo llegan decenas de personas deseosas de un corte de cabello, desde ciudadanos que al pasar por la plaza lo ven y le solicitan sus servicios, migrantes de paso por la ciudad, hasta sus fieles clientes, que lo buscan desde hace años.
“No solo les corto el pelo, les quito años, los mando a casa más jóvenes de los que venían y, además con una sonrisa en la cara. A veces me aviento hasta 20 cortes al día depende de que tanta gente haya en el centro”, expresó.
Don Cleofilo contó que hace alrededor de 50 años llegó a San Luis Río Colorado proveniente de Sinaloa, desde ahí se ha dedicado al arte del corte de cabello y barba, profesión a la que también se dedica gran parte de su familia con quienes ha compartido sus conocimientos y experiencia.
“Yo llegué a esta ciudad trabajando como peluquero, recuerdo que el primer lugar en el que me ubique fue a un lado del extinto cine curto, que era muy buscado en su momento, ahí tenía 15 años de edad, desde entonces soy peluquero y pienso serlo hasta que Dios me preste las fuerzas y me dé vida”, comentó el profesional de la máquina y las tijeras.
“Hoy han pasado muchos años desde que llegué a San Luis Río Colorado deseoso de trabajar y de aprender muchas cosas, hoy soy una persona realizada que es feliz ayudando a los demás y es feliz cortando el pelo a la gente”, agregó el conocido y muy querido peluquero.
De lunes a viernes, de las 09:00 a las 14:00 horas, don Cleofilo se ubica en la Plaza Benito Juárez como parte del apoyo a la comunidad que ofrece DIF Municipal, por lo que se trata de cortes gratuitos.
Por las tardes, acude a los albergues y al asilo de ancianos a apoyar a la dependencia con el corte de cabello a las personas bajo su resguardo, donde, de igual manera no cobra por sus servicios.