Personas que viven en el valle de San Luis Río Colorado, Sonora, recuerdan el sismo de 7.2 grados en escala de Richter, que sacudió a esta ciudad, su valle y el golfo, así como otras ciudades del vecino estado de Baja California.
En ese momento, los habitantes del valle desconocían que vivían en una zona sísmica situación que se les informó años más tarde del sismo por lo que concluyeron en que debían estar siempre preparados para un acontecimiento de tal magnitud, recuerda Francisco Ríos.
“Luego de tan trágico suceso nos damos cuenta de que nos encontramos en una zona sísmica y que debemos estar siempre preparados ante un acontecimiento de tal”.
Comentó que este 4 de abril de 2024 se cumplen 14 años de un hecho que dejó miles de damnificados ya que les arrebató casas, tierras de cultivo, agua, energía eléctrica, comunicación telefónica e incluso el lugar donde laboraban. Ríos señala que en el valle se sufrió lo peor, ya que además de quedarse sin hogar, muchos agricultores perdieron sus siembras por el agua ensalitrada y azufrada que brotaba del subsuelo.
“Nuestra gente del valle se llevó lo peor del impacto del temblor del 4 de abril del 2010, el agua ensalitrada y azufrada brotaba desde el subsuelo echando a perder tierras agrícolas, canales de riego y hasta la inclinación del agua rodada sufrió modificaciones las cuales a algunos años del fenómeno aún siguen sin resolver”.
Pero también derribó grandes refugios religiosos como lo fue la iglesia de Luis B. Sánchez, la cual cayó por completo, aunque los primeros reportes es que se había agrietado en la unión de la nueva ampliación, que se construía en ese momento, debido a que se abrieron varias grietas en el suelo.
Cuentan los vecinos de Luis B. Sánchez que la casa parroquial también sufrió daños, así como sufrieron daños todos los santos dentro de la iglesia, un pedazo del techo de tablaroca, vidrios de los grandes ventanales y la torre de la iglesia.
En cuanto a lo religioso Francisco Ríos comentó que luego del terremoto, el cual dejó muchos daños en la infraestructura, edificios, casas y escuelas colapsadas y una gran crisis nerviosa entre los vecinos, se organizó una misa en el desierto, a la cual asistió y misma que guarda en su memoria.