Todos los días llegan personas de diferentes partes del país, incluso del extranjero con miras a llegar a estados unidos, sin embargo, también se dan casos de ciudadanos mexicanos que desean migrar a otras partes de México, en busca de mejores oportunidades.
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Eulogio Abarca Medina de 66 años, llegó a San Luis Río Colorado hace unos días y ha encontrado en esta frontera un trato cálido, ya que la gente con quien ha tratado ha sido muy amable.
Asegura que su objetivo final no es ir a Estados Unidos, sino a Ensenada, Baja California, a laborar en los campos agrícolas de esa ciudad, y no quiere ir al vecino país del norte, más que nada por su edad y porque no es su deseo.
Originario de Manzanillo, Colima, afirmó que la vida en su ciudad natal es complicada, y por ello prefirió salir de ahí y viajar a otra región del país.
Atrás dejó a su familia, tres hijos (todos mayores de edad) y salió con determinación de lograr sus objetivos.
Con solamente una mochila cargada de ilusiones, don Eulogio comentó que su odisea comenzó en Puerto Vallarta, luego fue a Acaponeta (Nayarit), después a Culiacán, Hermosillo y finalmente San Luis Río Colorado, donde se ha estacionado unos días, antes de emprender su viaje a ese municipio del vecino estado.
Dijo que había escuchado que había más oportunidades de trabajo en esta zona, por eso prefirió venir a la región.
Su idea es llegar a Ensenada, o bien a San Quintín, en los campos agrícolas de esos lugares, puesto que tienen mucha actividad y sabe que puede conseguir mucho.
SU ESTANCIA EN LA CIUDAD
Comentó que en poco tiempo que tiene en esta frontera, su estancia ha sido agradable, a excepción de no encuentra dónde dormir, sufrir las inclemencias del tiempo, entre otras cosas.
Aunque aclaró, sí ha ido a la Casa del Migrante, pero solamente a comer, no a quedarse, porque -dijo- que les dan preferencia a los extranjeros y a quienes han deportado.
Expresó que se considera una persona muy solitaria, por lo que no ha entablado conversaciones con otros migrantes, tanto los que van a Estados Unidos como los que se quedan en México, como él.
Soy muy solitario en ese sentido, no tengo contacto con otras personas, solamente en el albergue cuando voy a comer platico con alguien, pero en general no tengo amigos ni nada, además que la gente que viene de otros países es muy parca, tampoco les gusta comentar nada
Externó que la gente de San Luis es muy amable y lo ha tratado bien, ya que cuando se ha dedicado a vender golosinas, encuentra mucho respeto para con él.
100 a 150 comidas diarias sirven en la Casa del Migrante.
De 30 a 40 migrantes en promedio tienen alojados en el sitio.