Al integrar a los niños y niñas en el ámbito laboral, puede ocasionarles daños físicos y psicológicos, pues viven en un mundo de relaciones adultas en el que asumen responsabilidades demasiado grandes para su edad.
Laura Álvarez Ríos, presidenta de la Asociación de Profesionistas de la Psicología, comentó que, a nivel físico, algunos trabajos son muy riesgosos para los menores, por ejemplo, en la agricultura corren riesgo de intoxicaciones debido a que realizan fumigaciones con químicos, así como a lesiones físicas por el uso de herramientas que superan su fuerza corporal.
Agregó que en las calles en la venta ambulante se exponen a enfermedades de los pulmones y a dolencias en las muñecas, tobillos, piernas y brazos, por las largas horas que pasan de pie y también se enfrentan a las inclemencias del clima y a la contaminación, y corren peligro de ser atropellados y maltratados por adultos.
En resumen, resaltóque el infante que es forzado a trabajar es vulnerable a sufrir situacionespsicosociales, trastornos del comportamiento y conductas antisociales, queharán necesaria una intervención temprana que involucre a los infantestrabajadores y a sus familias para una mayor estabilidad