Buscando convertirse en un cantante de fama internacional, proveniente de Honduras migró a México el joven Claudio Enrique Rodríguez, para ser en este país donde su carrera despuntara, sin saber que llegaría a San Luis Río Colorado a enamorarse, casarse y llevar una vida tranquila cantando en restaurantes.
Fue hace 8 años cuando el joven de hoy 28 años de edad, con guitarra y mochila al hombro emprendió el viaje de su vida, al aventurarse a vivir por primera ocasión solo, fuera y muy lejos de su hogar, donde hasta la fecha lo esperan sus padres, Petulia y Roger.
“Llegué a México y me di cuenta de que las cosas no eran tan fáciles como le habían dicho, entonces tuve que ponerme a trabajar y a la vez, hacer lo que más me gusta: cantar, aunque fuera en restaurantes y lugares pequeños”, comentó el hondureño.
Estando en México, Claudio escucho de las oportunidades de trabajo en la frontera, por lo que optó por radicar en San Luis Río Colorado, donde al par de años conoció a Gloria, con quien inició una relación sentimental, que al poco tiempo se convirtió en matrimonio.
“Cuando conocía Gloria supe que me quedaría con ella para el resto de nuestras vidas, no sabía si en México o en Honduras, pero han pasado años y aquí seguimos, ya con dos hermosas hijas”, expresó el padre de Fernanda y Karen de 3 y un año de edad respectivamente.
Sigue cantando
La pasión y el sustento para suplir los gastos de la casa de Claudio Enrique Rodríguez, se juntan al ser esta actividad en que el joven encontró la posibilidad de obtener recursos económicos, al presentarse en taquerías y puestos de comida, intercambiando sus canciones por propina.
Presentándose mayormente en la taquería de la avenida Chihuahua y calle 26, aunque es un admirador de la música cultural de su natal Honduras, Claudio toca y canta la canción que le pidan, pues en 8 años se ha asegurada se aprenderse las canciones populares mexicanas.
“La gente me pide mucho las canciones de Banda, como de la MS, de la Arrolladora o de Calibre 50, me las sé todas, así que tienen para escoger”, destacó.
Sus padres
El sueño de Gabriel Enrique es que sus padres, quienes permanecen en Honduras conozcan en persona a sus dos niñas, pues solo las han visto de manera virtual