Desde su natal Guatemala hicieron hasta lo imposible para juntar una cantidad de dinero y buscar un mejor futuro para ellos y sus familias en Estados Unidos, es la historia de Guadalupe, Juan, Alberto y Francisco, un grupo de cuatro amigos que cruzó ilegalmente la frontera hasta ser deportado por la Patrulla Fronteriza de Yuma, Arizona.
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A cada uno, llegar hasta la frontera con Estados Unidos y cruzar por medio de la compañía de un traficante de personas, también conocido como “pollero”, le costó 9 mil dólares, lo que les significó desprenderse de bienes personales y familiares, así como un ahorro, empeños y hasta préstamos de dinero.
Al llegar al punto más cerca con la frontera estadounidense y lograr entrar al país vecino de forma irregular, ninguno de ellos se imaginaba que tanto esfuerzo para pagar el viaje a Estados Unidos se viera derrumbado, ya que a los pocos pasos de Arizona (por donde cruzaron) serían detectados por la Patrulla Fronteriza y echados en breve a México.
EL SUEÑO CAÍDO
Con mochila en mano, los migrantes entrevistados en la Plaza “Benito Juárez” de San Luis Río Colorado contaron que cruzaron a Estados Unidos por una de las fronteras entre Sonora y Arizona, pero fueron deportados por el puerto local.
“Veníamos con muchos sueños y ganas de llegar a Estados Unidos a hacer una nueva vida, por eso pusimos todo nuestro empeño, pero en muy poco tiempo todo salió mal, nos agarraron y de volada nos aventaron pa´ fuera”, expresaron.
“Yo tuve que dejar la escuela y ponerme a trabajar y así como yo hay muchos en Guatemala. Lo que nosotros queremos es cambiar eso, que a nuestros hijos no les toque vivir los mismo, por eso tenemos el sueño inconcluso de llegar a Estados Unidos a hacer vida”, contó Juan.
Veníamos con muchos sueños y ganas de llegar a Estados Unidos a hacer una nueva vida, pero en muy poco tiempo todo salió mal
FUTURO INCIERTO
Aunque algunos de los migrantes en el grupo tienen familiares y amigos en Estados Unidos que podrían apoyarlos con cierta cantidad para reintentar volver a cruzar, para dos de ellos no existe otra opción más que regresar a casa.
“Queremos volver a Guatemala, pero ni para eso tenemos dinero, nos vamos a esperar unos días aquí en San Luis Río Colorado para ver qué es lo que terminamos por decidir, pero lo más probable es que nos separemos”, comentaron.
Hoy el futuro para cada uno de ellos es incierto, entre la labor de volver a intentar cruzar a Estados Unidos por una nueva frontera o bien regresar a casa con sueños rotos y empezar de cero en un lugar que de antemano saben les ha dado la espalda.
“Cuando uno emigra por necesidad, la migración debería ser permitida, no deberíamos llegar a este extremo de perderlo todo en el intento de superarnos”, agregaron.
Aunque el lapso para reunir los 9 mil pesos que les cobró el “pollero” para pasarlos a Estados Unidos fue largo, el tiempo en perderlo todo fue muy corto, pues al recién llegar a suelo norteamericano fueron deportados por México