En medio de lágrimas y de una angustia manifestada entre sollozos, una madre de familia recuerda con dolor que un 14 de agosto su vida dio un giro inesperado al saber que su hijo Marco Antonio “N”, en aquel entonces de 29 años, desaparecería sin dejar rastro o seña de su paradero en San Luis Río Colorado y por lo que daría inicio a una búsqueda por las áreas más remotas del desierto que rodea esta ciudad fronteriza, enfrentando amenazas, extorsiones y el cansancio de recorrer varios kilómetros, sin rumbo fijo, bajo el sol.

Desde su residencia, Ana decidió compartir su experiencia a TRIBUNA DE SAN LUIS, manifestando que las autoridades no han resuelto el caso y que, hoy en día, no le guardan una respuesta esperanzadora, pues dice que “ya ni contestan las llamadas”, lo cual no solo la mortifica, sino que le provoca un terrible pesar al saber que el único apoyo que puede obtener va a ser por parte de su familia, amigos o grupos de búsqueda y rescate, siendo éstos últimos quienes le han brindado auxilio en diversas ocasiones, aunque sin éxito alguno.

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“No puedo salir a la calle, me da miedo la vida. No encuentro la paz, ya no soporto esto. Tengo miedo de volverme loca, me la paso días enteros llorando y rezando, pidiéndole a Dios que me lo entregue. Aunque ya ha pasado tanto tiempo, ¿qué tanto vamos a encontrar?”, dijo, para luego agregar que cada vez que sabe de algún secuestro, probación de libertad o descubrimiento de restos humanos está al pendiente de la información, monitoreando cualquier indicio que pueda dirigirla a su descendiente.

BÚSQUEDA INCONCLUSA

Como bien se informó en este medio, Marco Antonio, originario de Guanajuato, se encontraba en su vivienda ubicada en la colonia Aviación de esta ciudad fronteriza cuando fue visto por última vez alrededor de las 22:00 horas del 14 de agosto, supuestamente después de ir a una tienda cercana a realizar una compra y regresar a su casa. Sin embargo, fue hasta el día 20 que su parentela notó su ausencia, por lo que investigaron y se dieron cuenta que estaba la puerta abierta y la mayoría de sus pertenencias, menos él, lo cual reportaron a las autoridades.

“Cada vez que pregunto qué han investigado, solo me dicen que `todo igual´. Ya ha pasado tiempo y no me han resuelto nada, ya ni el comandante ni el detective me responden las llamadas”, compartió, manifestando que hace 2 meses decidieron retomar la pesquisa con familiares, después de las primeras brigadas en las que participaron unas 80 personas, miembros de corporaciones locales y familiares.

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“Hemos recorrido todos los lugares que pueden ser por lo que vimos en el video, todo el desierto, en las áreas de Lagunitas, Islitas, el Golfo, pero no hay pistas y a dónde vamos solo buscamos nomás así (…) y yo me pregunto, cómo es que le dieron prioridad a la búsqueda de uno de sus agentes, que hasta helicóptero usaron. Tienen otras prioridades, mi hijo tiene un año desaparecido y lo ignoran”.

Por otra parte, manifestó que hace poco más de un mes regresó una unidad de “Armadillos Búsqueda y Rescate”, pero que por motivos de la contingencia sanitaria hay muchas cosas que no han podido realizar para ahondar en las brigadas.

AFECTACIONES EN LA SALUD

Ana compartió que sufre de diabetes y que ha manifestado problemas de ansiedad tan agudos que a los pocos días comenzó a tener problemas de la memoria, lo que ha ido empeorando.

También, que espera no volver a ver el video en el que supuestamente se aprecia a su hijo, siendo torturado, asesinado y luego enterrado en alguna zona desértica, al parecer de San Luis Río Colorado, entre ramas y plantas gobernadoras, siendo los responsables al menos 6 jóvenes que participaron en el delito evidenciado y después compartido en las redes sociales.

“Vivo con eso, ya he visto tantas veces ese video que me siento mal conmigo misma, tendré que vivir con eso hasta que me muera, ver cómo lo apuñalaron, lo golpearon en la cara, cómo tenía su mano hinchada mientras hacían un hoyo en la arena”, dijo, para luego tomar unos segundos para dejar correr sus lágrimas.

“Nadie se movió para hacer algo. ¿Qué habrá sentido mi niño en ese momento? Esa impotencia de que lo llevaban amarrado, golpeado. Lo que habrá sentido en el trayecto dentro de alguno de los vehículos, bañado en sangre. No sé qué tanto le harían esos desgraciados y verlo hace que me vuelve loca, me destruyeron la vida, ya no tengo vida”, manifestó, agregando que existe un temor debido a que no sabe sí los autores del aparente homicidio de su hijo andan sueltos o vivos.

“Yo espero en Dios que tengan su merecido, nosotros nunca le hicimos nada a nadie, somos gente trabajadora. Mi hijo era muy trabajador, un hombre de bien”, detallando que su hijo había vuelto de Estados Unidos para construir su nuevo hogar, en donde permaneció más del año sin servicios o un techo, ya que los materiales de construcción de su proyecto los robaban constantemente y tenía que cuidar que no ocurriera.

“Sufrió todo el año para tener su casa, se bañaba afuera porque no había baño, hacía fogatas para hacer comida, y ya cuando estuvo terminada comenzaron a robarle. Todo eso sufrió y ya es tiempo de que no lo encuentran”.

EN ESPERA DE RESPUESTAS

En lo que respecta de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC), así como del personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) en Sonora, Marco Antonio sigue siendo un caso por resolver, de los más de 5 mil 184 personas desaparecidas o no localizadas en México, según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) del gobierno Federal, de las cuales tan solo 6 corresponden a Sonora entre el 1 de enero de 2018 al 31 de diciembre de 2019.

No obstante, éste último informe contrastaría con las cifras manejadas por el colectivo de las Madres Buscadoras de Sonora y compartidas por Cecilia Flores, líder y fundadora del movimiento, indicando que, en esta entidad, desde junio de 2019 hasta agosto de 2020 existen 1 mil 103 personas desaparecidas en el estado, de las cuales 29 son de San Luis Río Colorado, entre ellas Marco Antonio, a quien ayudar a buscar a mediados de septiembre del año pasado.

“Yo solo quiero que me digan dónde está, a dónde se lo llevaron. No importa, no queremos nada más, pero por favor tengan un poco de corazón y digan dónde podemos encontrarlo”, finalizó Ana, quien externó que en caso de tener cualquier información acerca del paradero de su hijo llamar a las autoridades y reportarlo.