Buscando hacer frente al desempleo, Lucila Jiménez emprendió su propio negocio hace 19 años impulsada por su familia, sin imaginar que lograría tener éxito y permanecer por tanto tiempo en la preferencia de los clientes.
Fue en el año 2000 cuando Lucila manifestó ante su esposo y sus dos hijos, la preocupación que la invadía por haberse quedado sin trabajo, quienes le dieron la idea de que empezara a hacer tortillas de harina para vender, ya que era experta en esa tarea y las preparaba muy ricas.
La joven Aleli Navarro Jiménez, hija de Lucila, platicó que su familia era residente del valle de Mexicali y que, por muchos años, su papá Víctor Navarro, dedicado a la docencia, se trasladó a diario del ejido Pachuca a esta ciudad donde trabajaba como profesor y se traía a su esposa para que vendiera las tortillas en un local ubicado entre el callejón y la avenida Guadalupe Victoria y calle 26, donde iniciaron.
“Mi mamá preparaba comida para mi papá en el local, entonces, la gente que compraba tortillas le preguntaban que si también vendía burritos porque olía muy rico lo que cocinaba y ella les decía que no. Por eso tomó la decisión de empezar con este negocio, porque le pedían”, dijo Aleli Navarro.
CRECIÓ LA EMPRESA
El nombre que le pusieron a la empresa fue “Burritos El Cachanilla”, en la cual, en un principio, solo ofrecían burritos de carne deshebrada y carne de puerco con nopales, pero debido a la aceptación de los clientes se incluyeron al menú burritos y “gorditas” de papas con chorizo, papas blancas, huevo con chorizo, huevo con tocino, frijol, deshebrada con verduras, carne con chile, chicharrón con chile, picadillo, rajas con queso, entre otros.
Tiempo después, el matrimonio Navarro Jiménez pudo adquirir un terreno para construir un edificio propio ubicado en la avenida Libertad y calle 26, en donde actualmente permanecen y hace alrededor de 1 año abrieron una sucursal que está a pocos metros del Puente del Río Colorado.
MADRUGA PARA COCINAR
Aleli se encarga, ahora, de atender el negocio de la calle 26, mientras que sus padres están a cargo de la nueva sucursal, lo cual la llena de orgullo porque como familia han logrado sostener esta empresa por 19 años.
Ya que Aleli desde niña se involucró en “Burritos El Cachanilla”, aprendió a preparar todos los guisos, las salsas y las tortillas de harina, guiada y siguiendo el ejemplo de una mujer tan trabajadora y emprendedora como su madre, la señora Lucila.
A las 4:30 de la mañana se despierta Aleli a cocinar los guisos y preparar todo lo necesario para atender a los clientes a partir de las 6:00 y hasta las 15:00 horas con el apoyo de su esposo, Bernardino.