El regreso a clases favorece la economía de los vendedores de burritos de guisado, ya que uno de sus principales clientes son las madres de familia que los adquieren para ponerlos en el “lunch” de sus hijos.
Julio César Uriarte González emprendió un negocio de venta de burritos hace 13 años, pero por cuestiones familiares se vio en la necesidad de suspenderlo por un tiempo y lo retomó hace 8 años.
El emprendedor se instala en la vía pública para ofrecer alimentos preparados como son burritos de carne deshebrada con papas, bisteck con papas, frijoles puercos, chicharrón, papas con chorizo y huevo con jamón. Además, tamales de carne de res, elote dulce y rajas con queso y temporada de invierno incluye en el menú bebidas calientes como chocolate y champurrado de galleta que también tienen gran demanda entre los clientes.
En el lapso de tiempo que Julio César se ha desempeñado como emprendedor ha colocado el puesto de burritos de guisado y tamales en diferentes puntos de la ciudad y actualmente se ubica en la avenida 16 de septiembre y calle 26 en donde permanece de lunes a sábado de las 6:00 de la mañana a las 3:00 de la tarde.
Dijo que, por lo general, las ventas bajan en los periodos vacacionales, pero una vez que los alumnos regresan a clases aumenta la llegada de clientes, ya que estos se suman a los que se reciben eventualmente como son los trabajadores que a diario compran su “lunch”.
Otra de las temporadas del año favorables para el negocio de Julio César es el invierno, debido a que se reactiva el trabajo en los campos agrícolas de Estados Unidos a donde van a trabajar residentes de San Luis Río Colorado.
“Los sanluisinos que van a trabajar al otro lado vienen a comprar sus lunch, llevan burritos o tamales, también llenan sus termos de champurrado y de chocolate caliente”, resaltó Julio César.
El propietario de “Burritos El Cesarín” exhortó a las personas que tienen en mente emprender un negocio propio a que lo hagan, que no tengan miedo de empezar un nuevo proyecto pues, desde su experiencia personal, vale la pena arriesgar porque en su caso le ha ido muy bien.
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“Me gusta hacer esto. Me gustan las ventas y atender a mis clientes. Tengo muchos años vendiendo alimentos. Antes vendía pan en las calles, recorría parte de la ciudad en una camioneta y ahora vendo burritos y tamales. Siempre me ha gustado trabajar, llegué a tener hasta 4 trabajos a la vez. En las mañanas trabajaba en una planta de agua y a la vez vendía burritos, por las tardes vendía pan y los fines de semana era guardia de seguridad en un salón social”, concluyó el emprendedor.