Ser emprendedor comenzó a ser una “moda” hace relativamente poco tiempo, pero la pandemia aceleró este proceso, ya que mucha gente se vio en la necesidad de generar ingresos económicos en medio de la crisis sanitaria algunos lo consiguieron, otros fracasaron en el intento, pero siguen adelante.
Uno de esos casos es Cleverth Melo Flores, quien es originario de Tamaulipas, llegando a estas tierras hace 16 años.
Podría interesarte: Con tutoriales, Evangelina aprendió hacer arreglos de flores y más
“El sueño comenzó de una firma un tanto bizarra, estando en una cena familiar, mi hermana Gilda comenzó a platicar acerca de hacer un negocio de estampado de camisetas, comencé a investigar cuánto salía una máquina para estampar”.
Agregó que trabajaba en una farmacia, comenzó a ahorrar para poder comprar los aparatos, pero le cayó la pandemia y tuvo que cerrar un tiempo el negocio.
“Comencé en el 2019, pero tuve que detenerme y apenas hace dos meses renté este local; este negocio tiene sus altas y sus bajas, estamos hablando que los días festivos son los más fuertes, hablo de días como el 14 de febrero, el Día de la Madre o del Padre, etcétera; pero en verano baja mucho la venta”.
Comentó que se nota en serio la falta de clientes, hasta en las redes sociales se nota que la gente no quiere hacer compras, solo pocas de ellas.
Asimismo, indicó que la idea del bazar es meter productos hechos por ellos mismos, también el servicio de personalizado.
LA COMPETENCIA
A sabiendas que tiene mucha competencia, la considera buena y la forma en que enfrenta el reto es dar un servicio con calidad y sencillez, para hacer como un diferenciador.
“Yo la verdad, no lo vería como competencia, ya que cada quien tiene su mercado, cada quien tiene a sus clientes, hay productos que no podemos tener nosotros y ellos sí o al revés”.
APOYO
Por su parte, el dirigente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) local, Leonardo Limón Ceja, consideró al emprendedurismo fundamental para el desarrollo de la ciudad, pues mucha gente le apuesta a ese tipo de negocios.
“A ellos los asesoramos de cómo llevar su negocio, cómo ir formalizándolo, al tiempo que hemos dado pláticas para algunos emprendedores, muchos de ellos no ven las utilidades reflejada y traen un sobreinventario”.
“Lo importante es que los instructores les hablan con un lenguaje muy coloquial, con el fin de que ellos entiendan y que haya cosas rebuscadas, que puedan aplicarlo en sus establecimientos”.
El hecho de que haya cada vez más emprendedores obliga a asesorarlos para que sepan cómo llevar su negocio, para que no tenga una corta duración y eso pasa en todas las ramas comerciales.
Los jóvenes más hacen este tipo de empresas que, por lo regular, son micro, pero esa es la base de la economía, ya que representa el 90 por ciento de los negocios sanluisinos.