Cuando un integrante de la etnia cucapá fallece, el cuerpo es cremado por los mismos miembros de la comunidad y durante el funeral se hace una ceremonia especial en la que hay cantos y danzas y otros actos que solamente ellos tienen acceso.
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Antes de 1957, los cucapás que morían eran sepultados en diversos lugares porque eran nómadas, pero a raíz de su asentamiento en el poblado Pozas de Arvizu, del valle de San Luis Río Colorado, existe un panteón exclusivo para ellos, donde se depositan las cenizas y al que no pueden ingresar quienes no pertenecen a la etnia.
Así lo contó el gobernador tradicional de la etnia cucapá de Pozas de Arvizu, Alfonso Tambo e indicó que las tradiciones de este grupo indígena han ido cambiando con el paso de los años.
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Realizan ceremonia fúnebre
Cuando una persona fallece, es llevada al centro ceremonial que hay en la comunidad y los cucapás que asisten entonan cantos en dialecto y ejecutan bailes. Además, los familiares cercanos al difunto portan atuendos tradicionales, en el caso de las mujeres usan vestidos largos adornados con listones de colores que ellas mismas confeccionan para utilizarlos solamente ese día; mientras, los varones se colocan una mascada de tela en el brazo.
Para el funeral, se acostumbra cocinar platillos que en vida le gustaban al difunto y se comparten con las personas que asisten al centro ceremonial a velar el cuerpo que luego es incinerado ahí mismo. Aunque por la pandemia, las cremaciones de los cucapás se han estado efectuando en las funerarias de la ciudad como lo establecen las medidas sanitarias, pero las cenizas se colocan en el panteón del poblado Pozas de Arvizu.
Alfonso Tambo recordó que hace algunos años se acostumbraba quemar la casa y todas las pertenencias de quienes morían, pues generalmente estaban construidas con cachanilla, troncos de árbol y lodo y la misma comunidad apoyaba a los familiares del difunto para hacer una nueva vivienda.
Sin embargo, en la actualidad, ya no se les prende fuego, solo se deshabita la casa por 1 año y posteriormente se remodela para sacar las malas vibras que pudiera haber retenidas.
Hace algunos años, los cucapás acostumbraban quemar la casa y todas las pertenencias de quienes morían, pero actualmente solo se deshabita la vivienda por 12 meses
Cuando una persona fallece, es llevada al centro ceremonial que hay en la comunidad de Pozas de Arvizu y los cucapás que asisten entonan cantos y danzas tradicionales