Una leyenda urbana de esta ciudad, es que atrás del Colegio Kino se han escuchado llantos y lamentaciones de los antiguos sanluisinos que iban a sepultar a sus seres queridos en el panteón que estaba donde ahora funcionan dos instituciones educativas; sonidos que, seguramente, quedaron grabados en las paredes de esos edificios.
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El escritor Ramón Noriega Rascón, en el libro “Historias y narraciones del viejo San Luis Río Colorado. Un puente a nuestro pasado” narra que hay personas que afirman haber vivido situaciones paranormales en lugares donde hubo cementerios.
Una de estas historias la cuenta un integrante del sitio de internet “Viejo San Luis”, quien en una publicación en redes sociales contó que su hermano fue intendente del Colegio Kino y que él platicaba que escuchaba ruidos y que le apagaban las luces.
Otra persona señala que guardias de seguridad que trabajaron en la “prepa Kino” decían que por las noches se escuchaban voces lamentándose como almas en pena y se veían siluetas de personas caminando o sentadas entre las escaleras de la escuela.
Alguien más comentó que en la “prepa Kino” tenían un esqueleto completito que se utilizaba en las clases de anatomía y que era de los mismos que habían extraído de ese panteón, refiriéndose al que estaba en la avenida Zaragoza y Calle Tercera.
También en el Hospital General del Estado, localizado en la avenida Guadalupe Victoria y calle Ocho, asustan, según versión de algunos sanluisinos, pues ahí estuvo por un tiempo un cementerio.
Dice Pita Ayala, miembro del grupo Viejo San Luis, “Hace 33 años tuve una niña en el Centro de Salud y cuando nació me llevaron a la habitación y en la noche se oían arrastrar cadenas. Me asomé y estaba la enfermera bien dormida. La desperté y le dije lo que había escuchado y me contestó: humm, mi´ja ya sé, todos los hemos escuchado. ¡Ay!, se me enchinó la piel. Qué miedo. Jamás volví a parir ahí”.
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